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El encuentro entre Milei y Trump impactó por haber sido apenas una semana después de las elecciones, y porque fue el primer mandatario en reunirse con el presidente electo desde entonces. La reunión se enmarcó en un contexto donde al gobierno le viene saliendo todo bien. El equilibrio fiscal se consolida como innegociable, la inflación viene bajando más rápido de lo esperado, el riesgo país ya perforó los 800 puntos y Milei sigue manteniendo un alto nivel de apoyo. En el medio, la actividad económica empezó a pegar la vuelta y, aunque de manera lenta los salarios siguen recuperando.
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Una prueba de fuego para Milei: el conflicto con Aerolíneas y el legado de Thatcher y Reagan
El conflicto entre el gobierno de Milei y Aerolíneas Argentinas e Intercargo no es solo un choque con un sector sindicalizado o parte del plan de ajuste del gasto; es una batalla crucial para ver si se logra un cambio de régimen, un momento bisagra para poder avanzar con otras reformas estructurales. Si bien el programa macroeconómico es central para frenar la inflación y la estabilidad, la desregulación y las reformas estructurales son cruciales para lograr un crecimiento sostenido.
El gobierno está en una racha ganadora tanto en lo que hace al riesgo país, a la brecha cambiaria y a la inflación. No hay duda de que el plan ha ganado credibilidad con el correr del tiempo y que la inflación ha venido bajando más rápido de lo que muchos esperábamos. Dado este contexto, en alguna medida era esperable que el Banco Central mantenga lo que hasta ahora es una estrategia ganadora. Es decir, que ante la baja de la inflación que se espera para octubre (para muchos puede estar por debajo del 3%) insistiera con otra baja de tasas de interés. Eso es lo que finalmente pasó con el anuncio de un recorte de cinco puntos porcentuales al 35% nominal anual.
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Los bonos argentinos están de fiesta y el riesgo país perforó los 1,000 puntos
El riesgo país bajó a 967 puntos. Es el nivel más bajo desde antes de las PASO 2019. A principios de año habíamos proyectado que podía llegar a 800 puntos en diciembre, y si la mano sigue así es posible que la peguemos. Nuestro optimismo, en ese momento y ahora, se basa en que la deuda neta argentina es del 36% del PBI, un monto que no es elevado, especialmente cuando uno lo compara con Brasil (que es 60% del PBI) o con Uruguay (52%) o Colombia (45%), todos países con niveles de riesgo país que están por debajo de los 400 puntos.
Esta semana se hicieron las Jornadas Monetarias y Financieras del BCRA, y después de escuchar a funcionarios, economistas y hasta al propio Milei, quedó la sensación en el ambiente de que no hay apuro en salir del cepo, aunque pueden flexibilizar algunas regulaciones para favorecer las importaciones.
El gobierno se anotó una buena victoria contra un rival difícil, la inercia inflacionaria, pero el campeonato es largo y el campeón todavía no está definido. El IPC nacional arrojó un aumento de 3.47% en septiembre y se ubicó en línea con nuestras estimaciones y las del mercado. Fue la inflación más baja desde noviembre 2021. La baja del impuesto PAIS y el comportamiento de alimentos y bebidas fueron claves para romper la barrera del 4%. La mejor noticia llegó por el lado de la inflación núcleo, que se desaceleró bruscamente al 3.26% desde el 4.12% de agosto. Para octubre, proyectamos que la inflación se mantendrá en torno al 3.5%.
El lunes, Milei sorprendió al mostrar sus primeros signos de comprensión de la realpolitik. En su entrevista con la famosa “diva de los teléfonos”, el presidente cambió su discurso sobre China: “Me sorprendí muy gratamente. Es un socio comercial muy interesante porque no exigen nada, solo piden que no los molesten”. Además, confirmó que viajará a China en enero para la cumbre de la CELAC. ¿Inesperado? Totalmente, especialmente si recordamos que, hace apenas unos meses, Milei y sus funcionarios no paraban de criticar al gigante asiático y juraban que no harían negocios con “comunistas”.
Los números de pobreza e indigencia son vergonzantes, pero no fueron sorpresivos. Hace meses que se estimaba que la pobreza en el primer semestre andaría cerca del 50% y fue 52.9%. La indigencia llegó al 18.1%, marcando que un 34% de los pobres además tienen problemas para alimentarse, de eso se trata la indigencia o pobreza extrema. Peor aún, el 66% de los menores de 17 años son pobres. En el conurbano la pobreza rozó el 60%.
Con ocho meses seguidos de superávit primario, en los cuales siete de ellos hubo superávit financiero, ya no quedan elementos para dudar del compromiso con el equilibrio fiscal del gobierno de Javier Milei. Al final del año Milei habrá cortado alrededor de 4 puntos del PBI. En los primeros 8 meses el superávit primario acumulado es de 1.6% del PBI y a esta altura del año pasado había un déficit de 1.2%. Es decir, una mejora de 2.8 puntos ya está en la bolsa.
El presidente Javier Milei tuvo buenas y malas en el Congreso esta semana. Consiguió la coalición que sostenga el veto sobre la fórmula previsional, pero perdió en el tema del DNU de inteligencia y los fondos de educación. En cierta medida se puede decir que la semana arrojó más luces que sombras. Haber conseguido una coalición para parar ideas disruptivas desde el punto de vista fiscal es quizás lo más que puede pedir a esta altura. Quizás con un buen resultado en las elecciones de medio término se pueda avanzar en los procesos de reforma impositiva o previsional que de todas maneras por ahora no están en agenda.
El equipo económico debe estar eufórico. La brecha cambiaria tocó su menor valor desde mayo con un coeficiente del 32% habiendo superado el 50% en muchos momentos de julio pasado. Se puede interpretar como un símbolo de confianza, con bonos y acciones que aguantaron bastante bien una mala semana para los mercados internacionales. Puede haber algo del efecto blanqueo, puede ser también que haya habido algo de intervención por parte del Banco Central, pero la verdad es que no lo sabemos. Por el lado del blanqueo está claro que está teniendo un efecto en los depósitos en dólares que si bien no mejoran las reservas netas proveen liquidez al Banco Central. Desde el 31 de julio los depósitos en dólares crecen más de US$ 1,000 millones. Eso incentiva más a los bancos a prestar dólares y esos dólares se liquidan en el MULC mejorando, más no sea temporariamente, la situación de reservas del Banco Central.
En los últimos días parece haber cambiado la onda en el mercado argentino. Que no se corte. El Banco Central termina agosto con saldo comprador en el mercado de cambios y bonos y acciones cierran para arriba. El riesgo país baja 74 puntos contra fin de julio, pero 206 puntos contra el máximo de agosto que ocurrió el día 5 coincidente con un muy mal día en los mercados internacionales. Las acciones argentinas crecieron 16% en dólares contra finales de julio y 25% arriba del lunes negro.
Hay varios temas económicos que ahora pasan a depender directamente de criterios políticos, alianzas en el Congreso, vendettas y más. El caso más evidente fue la aprobación en el Senado, por abrumadora mayoría, del cambio en la fórmula de pagos jubilatoria. Esto, de aplicarse, implica un costo fiscal de 0.2% este año y 0.9% del PBI en 2025. Las jubilaciones tendrían en 2025 un aumento real del 13%, según nuestras estimaciones.
Los datos de julio mostraron que la deuda pública medida en dólares llegó a 452,000 millones de dólares, casi 10,000 millones más que en junio. En lo que va del año el crecimiento de la deuda es de 82,000 millones de dólares. Hay varias cuestiones contables y cambiarias que justifican el aumento. Para nosotros no hay un cambio significativo en la capacidad de servir esa deuda que, en realidad, es la variable más importante.
En el saber popular está instalado que el gobierno adoptó una política monetaria de emisión cero. Sin embargo, la realidad es algo diferente. El informe monetario mensual de julio que acaba de publicar el Banco Central lo dice claramente: la base monetaria creció 10.6% en julio contra junio en términos reales y desestacionalizado. Si bien esto no es una novedad para los economistas que seguimos diariamente los agregados monetarios, en la sociedad hay cierta confusión con respecto a la no emisión del gobierno.
La Argentina necesita estabilizarse. Javier Milei y el equipo económico hicieron una contribución extraordinaria dada la herencia recibida y algunos resultados que vimos en estos primeros casi 8 meses. Aunque no creemos en los 17,000% que menciona el presidente, si creemos que había riesgo de hiperinflación cuando asumió el gobierno. Hoy nadie piensa en esos términos. Hay superávit fiscal, comenzó una agenda de reformas estructurales, la inflación y su inercia resultaron más bajas de lo previsto y si bien el mercado todavía no compró la estabilidad se puso al auto en el camino correcto.
Hay consenso de que hay que salir del cepo, pero se mantiene el desacuerdo sobre cómo y cuándo hacerlo. Mantener el cepo tiene costos, porque hay inversiones que no vienen a la espera de que sepan si van a poder sacar los dólares y pagar dividendos. Mientras se mantiene el cepo, además sigue la incertidumbre respecto de lo que puede pasar con la inflación una vez que se unifique el tipo de cambio.
El gobierno está embarcado en cerrar las canillas de la emisión. La del financiamiento al gobierno no registra ningún tipo de oposición, todo lo contrario. Desde el FMI y toda la comunidad de economistas y empresarios celebran que el gobierno tenga superávit y esa canilla esté no sólo cerrada sino prácticamente clausurada.
Premisa 1. El dólar no podía subir porque el Banco Central había secado de pesos el mercado (con los Bopreal y por no prestarle al Tesoro). Lo cierto es que si realmente hubieran secado el mercado el precio de los pesos (la tasa de interés) tendría que haberse ido a las nubes. Pero pasó lo contrario, la tasa de interés bajó muchísimo. Donde está el error de cálculo: en que hay instrumentos en pesos como plazos fijos, bonos del Tesoro, deuda del Banco Central o simplemente tomando préstamos con los que se puede correr el dólar. No importa sólo la base monetaria, lo que importa son los activos financieros con los que se puede hacer un cambio de portafolio y correr al dólar cuando cambian las expectativas.
Todo el mundo está pendiente por los guiños del gobierno o falta de ellos sobre el levantamiento del cepo. Sin dudas, esa es la cuestión macroeconómica de la hora. La incertidumbre del mercado esconde que finalmente el presidente Javier Milei se decidió a nombrar a Federico Sturzenegger como Ministro de Desregulación y Transformación del Estado. Esto es algo que siempre fue aspiracional para Milei, pero por alguna razón tardó más de seis meses en hacerlo.
En la superficie la semana termina muy bien para el gobierno de Milei. Después de trabajosos seis meses se aprobaron la Ley Bases y el Paquete fiscal, incluyendo los temas más contenciosos como el RIGI, la ampliación de ganancias, suba del mínimo en bienes personales y la moratoria y el blanqueo que eran menos controversiales. Además, los datos de alta frecuencia de la inflación siguen mostrando mucha tranquilidad en los supermercados con lo que la inflación de junio, aunque más alta que la de mayo, parece relativamente tranquila.
- midweek, semanal
Las reservas bajo sospecha: shocks externos y la brecha complican la situación.
El quinto superávit fiscal consecutivo y una inflación bastante debajo de 5% le dan algunos pergaminos importantes al gobierno. Aunque a ritmo lento la actividad parece empezar un sendero de recuperación. En el camino de esas buenas noticias se cruza la discusión sobre si hay o no atraso cambiario. Es una pregunta que tiene mil respuestas posibles y muchas de ellas con justificaciones consistentes.
La semana termina con buenas sensaciones. La inflación fue la más baja en 24 meses y más allá de la pisada de tarifas, la inflación núcleo en 3.7% fue un golazo de media cancha. El ok del directorio del FMI estaba descontado, pero siempre está bueno confirmarlo. Y la aprobación de Ley Bases es la coronación de un proceso de 6 meses en las que el proyecto se achicó un 60% y en donde muchas cosas que quería hacer el gobierno quedaron en el camino. El gobierno no pudo torcer la voluntad de los amantes del status quo (políticos, empresarios y sindicatos) en algunos temas. Sorprendentemente tampoco pudo restituir el impuesto a las ganancias a los trabajadores más pudientes, algo que no tiene sentido común y puede generar problemas fiscales.
En las últimas dos semanas el mercado financiero tuvo un revés tras otro. El dólar conocido como contado con liquidación saltó desde menos de 1,100 pesos a más de 1,300. Los otros dólares (MEP y Blue) siguieron una trayectoria similar. No lo vemos como preocupante. Quizás si lo es el hecho de que cayeron los precios de la deuda soberana al punto de que el riesgo país volvió a arañar los 1,600 puntos luego de tocar 1,200 o 12 puntos porcentuales. Las acciones argentinas que habían tenido un rally muy importante también devolvieron parte de las ganancias.
Desde que asumió Milei la economía iba yendo en una sola dirección, viento en popa y con las cosas mejorando. La inflación viene cayendo en forma sostenida desde el pico de diciembre, el riesgo país venía bajando desde 2,200 puntos y tocó casi 1,200 hace unos días, y los dólares paralelos se mantenían estables. El Central no veía obstáculos para bajar la tasa de interés, porque a pesar de que había tasas reales negativas, la gente seguía en pesos (con la ayuda del cepo, por supuesto).