Informes
Datazo de inflación en octubre. El IPC dio 2.7% en octubre y se desaceleró fuerte respecto al 3.5% de septiembre. La película tiene dos partes distintas. Los bienes ya caminan al 2.1% mensual (casi al ritmo del crawling), mientras que los servicios trotan al 4.3%, presionados por los salarios que se vienen recuperando levemente por encima de la inflación y la recomposición de las tarifas. El dato es muy positivo, y va a ayudar a seguir desinflando las expectativas, un elemento crucial para quebrar la inercia en servicios. Esperamos que en noviembre la inflación siga en torno a 2.7%, y un leve repunte en diciembre.
Volvió Trump: el frente externo empeora, pero festejan los bonos. Finalmente, Trump ganó las elecciones en Estados Unidos y además consiguió la mayoría en el Senado y en principio también en la Cámara Baja. Esto significa que va a tener el camino más despejado para implementar su programa económico: aumento del déficit y una política comercial proteccionista (con riesgo de guerra comercial con Europa y China). El impacto directo va a ser un dólar más fuerte, mayor presión sobre la inflación y las tasas largas, y commodities más débiles, un combo complicado para todos los emergentes. A contramano del mundo, los bonos argentinos subieron fuerte con el triunfo de Trump. La cuestión política prima, y el mercado ve mejores chances de alguna ayuda para lograr un nuevo acuerdo con el FMI. No vemos este camino tan directo, pero quizás es algo más favorable que con Kamala. El riesgo país perforó los 900 puntos.
El mercado compra el plan “convergencia”. El mercado está cada vez más convencido con el escenario de “convergencia” que plantea el gobierno y eso se refleja en los activos financieros. Las tasas de Lecaps y Boncaps siguieron comprimiendo la última semana y ya muestran una curva bastante invertida, con tasas efectivas mensuales de 3.5% para las más cortas, y 3% para las más largas, y una inflación implícita cercana a 2% para el año que viene. Los futuros de dólar también acompañan la visión de que el crawling de 2% va a seguir y no habrá salto devaluatorio. En sintonía, la brecha cayó a 15% esta semana y a menos de 10% respecto al dólar importador. Seguimos viendo buenas chances de que el gobierno unifique el tipo de cambio en los próximos meses.
Lluvia de dólares en los bancos y el Banco Central compra en el MULC. El Central compró más de USD 1,000 millones en lo que va de octubre, mucho mejor que lo esperado. Esto se dio a pesar de que se está pagando la cascada de pagos de importaciones que ya se hicieron y de que otras se postergaron en agosto por la baja del impuesto país. Lo que más ayudó fue la lluvia de dólares que entraron por el blanqueo (se estiman en unos 13,000 millones), y que se están quedando en los bancos. Con eso se compran bonos y ONS (las empresas emitieron deuda por más de US$ 1,500 millones entre el mercado local e internacional en octubre) y los préstamos bancarios en dólares crecieron unos US$ 700 millones. A esto se le sumó el agro, que viene aportando con unos US$ 120 millones diarios, un nivel alto para la época del año. Creemos que el Banco Central puede seguir comprando reservas aprovechando los buenos flujos financieros.
La brecha y el riesgo país con buenas sensaciones. La brecha cambiaria rebotó levemente esta semana, pero sigue en niveles de 18% para el MEP y 21% para el CCL. El dólar blue, por su parte, tuvo un rebote un poco más fuerte. Creemos que los valores de la semana pasada marcan un piso, y que todavía puede subir algo más en los próximos días. La deuda en dólares siguió firme, llevando el riesgo país a 1,052 puntos básicos. Aunque todavía falta para que el país pueda acceder a los mercados internacionales, la tendencia es muy positiva.
La brecha… ¿Convergiendo? La brecha siguió sorprendiéndonos en la última semana, y ya se ubica abajo de 20%. Por el momento, se viene cumpliendo el pronóstico del Gobierno, y los dólares paralelos van convergiendo al oficial. Ayudaron la buena liquidación del agro y algo de carry trade. Tal vez sea una buena oportunidad para unificar y sacar el cepo, aunque no hay reservas y siempre hay riesgo de cambio de humor. Hay que estar atentos.
La inflación de septiembre testeando la inercia. Estimamos que la inflación de septiembre rondará el 3.5%, una disminución respecto al 4.2% de agosto, gracias a la baja del impuesto PAIS y a la estabilidad cambiaria del mes. No creemos que este descenso rompa la inercia del 3.5 – 4%, pero el gobierno podrá mostrar que superó ese umbral. Los gremios siguen logrando acuerdos por encima de la inflación.
La baja del impuesto país no impactó tanto en la inflación. Es altamente probable que la inflación de septiembre sea más baja que la de agosto, pero al parecer la baja será moderada. Seguimos con 3.5% para el mes, pero vemos que podría ser alguna décima más alta. Hace unas semanas el sesgo estaba para el otro lado. Algunos transables claramente cayeron o se desaceleraron, pero los salarios siguen corriendo a por lo menos 4-5% mensual.
La brecha nos ganó. ¿Podrá seguir bajando? Por muchas semanas dijimos que la brecha tenía un piso en 35%. Ahora parece haberse asentado en la zona del 30%. Hay quien dice que septiembre es un mes raro por los vencimientos impositivos y que entonces puede volver. También puede haber una dosis de mayor confianza de la mano del blanqueo y la baja del riesgo país que la estabilice en estos valores. No descartamos algún par de puntos adicionales, pero no creemos que vaya a testear la zona de 20% como a principios del año. Y si lo hace, no va a durar.
La inflación de septiembre será la más baja del año. Luego del 4.2% de agosto que sorprendió ligeramente al alza (teníamos 4%), vemos a la inflación relativamente tranquila en septiembre. Y a esto le sumamos el efecto de la reducción del impuesto PAIS sobre algunos bienes transables. Aun así, creemos que la inflación de este mes empieza con 3. Creemos que los datos de precios de los próximos meses serán más altos que en septiembre y tal vez pueden incluir la salida del cepo.
Cerca de 4%, quizás algo menos. Pero en septiembre será más baja. La inflación de agosto cerró cerca del 4%, quizás alguna décima más baja. Mañana tendremos alguna pista con la inflación de la Ciudad de Buenos Aires. En septiembre esperamos que los bienes transables reflejen en algo la baja del impuesto país. Es posible que muchos no bajen y otros lo hagan testimonialmente, pero sin duda la inflación de transables estará por debajo de meses previos. La inflación puede empezar con “3”, pero hay escenarios en donde podría empezar con “2”.
Inflación controlada en agosto, baja en septiembre de la mano de la reducción impositiva. La inflación de agosto parece cerrar parecida al número de julio. A favor en agosto hubo más regulados, con lo que quizás la inflación núcleo puede ser algo más baja. En septiembre sí deberíamos ver una baja de inflación dado el efecto sobre bienes transables de la baja de 10 puntos del impuesto país. No sabemos cuánto de la baja se irá a precios y cuánto a márgenes. Tampoco sabemos si el gobierno aprovechará para hacer algún ajuste adicional de regulados para poder alinear más los precios relativos de forma indolora. Lo que sí no creemos es que el gobierno compense el tipo de cambio de importación con devaluación. Es decir, le creemos a Caputo. Y también lo hace el mercado dado los precios de los futuros y los bonos.
A la inflación hay que jugarle al empate. El 4.03% de la inflación de julio parece que será un piso difícil de perforar para agosto. La semana pasada éramos algo más optimistas, pero los números que vimos nos hacen pensar que va a volver a ser 4, quizás algunas décimas más. En agosto puede haber menos suba de precios estacionales, pero habrá más de regulados. Y la dinámica de la inflación núcleo no muestra mejoras. Nuestro número más probable es 4%, pero dentro de un rango 3.8-4.3%, que de todas maneras es mucho mejor que lo que pensábamos hace algunos meses. Para fin de año estamos un poco más arriba de 130%, algo encima de la mediana del REM.
Dos meses “buenos” por delante en términos de inflación. La inflación núcleo quizás baje un poco en agosto y bajará más en septiembre si se concreta la baja del impuesto país a principios de mes. La baja de algunos productos transables podría ser compensada con alineación de algunos precios relativos, especialmente electricidad y gas. Pero también se puede privilegiar el titular de baja de inflación como para que se acerque al famoso 2% y se prepare la salida del cepo. Los bienes no transables seguirán con la inercia actual. El salario creció a más del 6% en junio, una buena para la economía, pero una muestra de que la inflación no puede ir tan abajo.
La inflación de julio cerró bien, probablemente un 4 bajito. Los datos de julio para la mayoría de las mediciones cerraron por debajo de junio con probabilidad de que, como dijo el gobierno, sea la más baja del año. Para eso tendría que ser menor al 4.18%, de mayo. Algunos incluso bajan de 4. A nosotros nos genera dudas esos números por nuestra medición de alimentos, el sector más importante del IPC que dio para arriba sobre todo por una cuestión climática a principios de julio. No tiene que ver con la tendencia de la inflación que es claramente mejor de lo que esperábamos hace unos meses. El ancla cambiaria genera otros problemas, pero da resultados en lo que es la prioridad 1 para la gestión Milei.
Los dólares para pagar están. Las reservas caen en julio US$ 2,623 millones. El Banco Central dice que recupera en agosto. No estamos seguros de que por el lado del MULC haya tanta recuperación, pero sí creemos que la Argentina empezará a recibir dólares de los organismos multilaterales a quienes les pagó US$ 4,264 millones sólo en concepto de capital en la primera mitad del año. Un escenario en donde recupera la mitad de eso le da reservas como para ir tirando. Es decir que nos preocupa menos el cumplimiento de las obligaciones en moneda extranjera y más la generación de confianza de un Banco Central que va a seguir con reservas negativas o cercanas a cero en el mejor de los casos. Si ocurre el REPO usando títulos públicos de garantía eso mejora la probabilidad de pagos de corto plazo, pero aumenta potencialmente la oferta de bonos. Hay que ver como lo toma el mercado.
Inflación tranquila, pero hasta ahí. En los últimos días los precios se tranquilizaron respecto de las primeras semanas del mes. Aun así, la canasta de alimentos nos está dando un poco más alta que a algunos de los colegas que miden. Igual el número de julio no va a ser malo porque los precios regulados no van a aportar, con lo cual también hay chances de que la inflación núcleo termine siendo más alta que el aumento del IPC. Probablemente esté entre 4 y 5% en línea con los últimos meses, pero no llegue al 3.7% que mostró el Banco Central en el powerpoint que compartió con inversores.
Se resuelven dos de tres. Las “Lefis” (instrumentos del tesoro que reemplazan a los pases pasivos) debutan el próximo lunes y hoy debería quedar resuelto el tema de los puts (opciones de venta) que tienen los bancos sobre bonos soberanos contra el Banco Central. Para nosotros estos problemas eran menos graves que para el gobierno, pero está bien que se dejen a un lado. La tercera condición para levantar el cepo es que la inflación llegue a 2% mensual. Esperamos que las autoridades no sean religiosas con esta condición porque francamente “no la vemos”. Seguimos pensando que levantar el cepo tiene más beneficios que costos.
La inflación de julio no empezó tan bien. Es claro que junio va a darle sonrisas al gobierno. Con los ponderadores de la Nación y usando precios de la Ciudad la inflación podría ser de apenas 4.5% en junio. Pero en la primera semana de julio la inflación del consumo masivo subió a 1.6%. A esto se suma un mes estacionalmente más difícil y el tema climático (el extremo frío en buena parte del país) seguramente dejará una marca en los precios de julio. Seguimos pensando que la inflación del año va a estar entre 155 y 160%, pero eso tiene implícito una salida del cepo que genera un salto manejable de la inflación en el primer mes y algo en el segundo. Si no hubiera salida del cepo en 2024, la inflación puede estar más en torno de 140%.
La sangre no llega al río. En Econviews no vemos todo este nerviosismo de mercado como una crisis ni nada parecido. Nuestra filosofía siempre fue: “ni antes estaba todo tan bien, ni ahora está todo tan mal”. Es claro que hay un problema con el tipo de cambio, pero no es un tema que deba resolverse esta semana o la otra. Javier Milei es un gran comunicador, pero probablemente se apresuró el viernes a tirar la fase 2 en su entrevista y eso generó un apuro de parte de las autoridades que no cayó bien. De hecho, hay detalles que aún no se conocen. Pero nuestro análisis es que el dólar se estabiliza en niveles de brecha en torno al 50% y el riesgo país debajo de 1,500, pero queda el mercado en guardia a esperar un camino hacia la salida del cepo.
Puede dar menos que 6. Nuestro pronóstico de inflación para junio es de 6%. Creemos que el riesgo de ese número es mayormente hacia la baja. Si bien las tarifas y el combustible aportan mucho más que en mayo, los precios en los supermercados vienen muy tranquilos. El hecho de que la actividad económica se recupere muy lentamente está ayudando a que los márgenes sigan bajando.
- midweek, semanal
Las reservas bajo sospecha: shocks externos y la brecha complican la situación.
El quinto superávit fiscal consecutivo y una inflación bastante debajo de 5% le dan algunos pergaminos importantes al gobierno. Aunque a ritmo lento la actividad parece empezar un sendero de recuperación. En el camino de esas buenas noticias se cruza la discusión sobre si hay o no atraso cambiario. Es una pregunta que tiene mil respuestas posibles y muchas de ellas con justificaciones consistentes.
De la motosierra al bisturí. Con ley Bases y Paquete fiscal hay un panorama más claro, pero no es la panacea. Es claro que el mercado, el gobierno y la sostenibilidad de la situación económica y política descansan en la aprobación (ahora concretada) de estas dos leyes. Pero los problemas que vemos en términos de pocos instrumentos para muchos problemas no se acaban con la victoria política que de todas maneras dejó sabor amargo por la caída de ganancias y en menor medida bienes personales. Queda por ver si con la pérdida de recursos que es no tener ganancias si se avanza con la baja del impuesto PAIS o cómo se reemplaza. La otra gran incógnita es sobre las finanzas provinciales. En la macro, tenemos que ver como plantea el Ministro de Economía la Fase 2 que a nuestro criterio es una fase sin motosierra, pero con bisturí.
Lo del dólar no es grave, pero el gobierno debería dar alguna señal. La suba del MEP y CCL no es un tema que haga descarrilar el plan económico. En Econviews siempre tuvimos un aumento de brecha en los pronósticos, aunque más gradual de lo que terminó sucediendo. El tema es que con el plano político complicado y el gobierno que no termina de decir cómo va a salir del cepo ni da muchas precisiones de cómo va a hacer sostenible la política cambiaria y monetaria, el mercado le cobra esa incertidumbre. Una palabra del gobierno que ayude a tener pistas puede ser clave en esta situación.