Cada semana que pasa la sensación de que la economía argentina se acerca a la que vivimos en los ochentas no se puede evitar. No quiere decir que la situación vaya a ser exactamente igual ni que no se pueda evitar una hiperinflación.
No sabemos quién va a ganar las elecciones. Pero sí sabemos que la herencia no ha parado de empeorar en las últimas semanas. Las medidas de esta semana son más combustible para el fuego.