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Tuvieron una ganancia de 11 mil millones de pesos, debido al incremento de las operaciones y de los clientes. La captación de fondos representa un tercio del que las entidades registraron entre 2005 y 2010, cuando tuvieron un importante período de recuperación, tras la crisis de comienzo de siglo.
Los bancos en la Argentina cerraron su mejor año de la década con ganancias cercanas a los 11 mil millones de pesos, debido al aumento de los clientes y las operaciones y una ganancia extraordinaria por los bonos de la deuda soberana.
El dato, publicado en la edición de hoy de La Nación, contrasta con el de comienzo del milenio. Tal es así que entre 2001 y 2005 los bancos acumularon un quebranto que rondó los $ 23.600 millones, mientras que el resto del decenio se hicieron de $ 32.000 millones. Un tercio de esa renta la obtuvieron en 2010.
El año cerró con una mejora interanual superior al 30% en su margen de resultados que fue posible por el fuerte despegue que tuvo su actividad (tras las dudas que la crisis global había generado en 2009) y los estímulos extras que significó el auge del consumo mundialista.
De acuerdo con los últimos números oficiales, el sistema en su conjunto (81 jugadores, el 20% de los cuales manejan el 80% de las transacciones y negocios) sumó, entre otros, un millón de cajas de ahorro, otro millón de titulares de tarjetas de crédito, 1,7 millones de titulares de plásticos y 900.000 clientes de crédito.
La situación varia cuando se toman los clientes corporativos: en diciembre de 2009 había 1.268.600 operaciones de crédito a nombre de empresas; pero a septiembre de este año la cifra había caído a 882.000. Y el número de cuentas corrientes prácticamente no registró variaciones en el año.
El aumento en la rentabilidad estuvo estimulado por un entorno macroeconómico caracterizado por una fuerte la expansión en la tasa de actividad y una elevada inflación, que operó como un estímulo al consumo, incluso a adelantar algunos de ellos por parte de los consumidores aferrándose a la idea de no resignar la capacidad de compra.
Los bancos se beneficiaron con comisiones estables (gracias a los ajustes que los bancos aplicaron para mantenerlos vis-à-vis con la inflación) y mayores aportes por intermediación que aportó el despegue del 33% que registró el crédito al sector privado.
Y sumaron aportes financieros particularmente elevados por el gran año que tuvo la deuda soberana argentina. “La suba de precios de los títulos públicos por efecto del canje, y de la elevada liquidez internacional, les aportó unos $ 4800 millones al margen de resultados sólo durante el tercer trimestre de 2010”, reparó en su último reporte sobre el sistema la consultora especializada Curat, Martínez Larrea y Asociados.
Según el economista David Mermelstein, de la consultora local EconViews, los datos auspiciosos se deben también a “la vigencia de una coyuntura que abarató hasta niveles nunca vistos el costo del dinero, insumo base para el negocio bancario, lo que les permitió maximizar ingresos por intermediación dado que captan dinero a tasas de un dígito y logran colocarlo a un promedio de entre 10 y 12 puntos por encima, en un contexto más seguro que se reflejó en la caída del 30% que mostraron los índices de irregularidad de la cartera crediticia del sector privado”, observó además el economista David Mermelstein, de la consultora local EconViews.
La explosión que mostró el negocio bancario quedó debidamente reflejada en la conducta que las acciones del sector tuvieron en la Bolsa porteña. El Grupo Financiero Galicia fue el papel líder más rentable de 2010 (182%) y concentró tantas operaciones en la segunda mitad del año que pasó a convertirse en la acción más importante de la plaza local, desplazando del trono a la siderúrgica Tenaris (Grupo Techint).