Diario El Cronista
En términos nominales, la moneda local cayó 4,5% el año pasado. Pero con una inflación del 25,6%, el peso terminó escalando 15,5% en términos reales. Incluso trepó más que el bolívar venezolano, que se apreció 7,8% a pesar de que hubo un incremento de precios aún superior al de la Argentina en 2010.
Con los números en la mano, los pedidos de un tipo de cambio más competitivo no parecen tan descabellados. Como dicen algunos economistas, parece inevitable que la paridad cambiaria ingrese al “service” en algún momento. Quizás, después de las elecciones de octubre y con un nuevo Gobierno a la vuelta de la esquina.
Sucede que en 2010, el peso argentino fue la moneda que más se apreció en términos reales respecto al dólar en todo el mundo.
Según Econviews, la consultora de Miguel Kiguel, el peso se apreció 15,5%, principalmente debido a una devaluación nominal de 4,5% que durante 2010 se ubicó muy por debajo de la inflación, en tono al 25,6%. De hecho, desde el 2003, cuando subió 16,4%, que el peso no se apreciaba tanto contra el dólar en términos reales.
“Sin embargo, a diferencia de 2003, la apreciación real de 2010 ha sido de mala calidad, en el sentido de haber sido explicada por una elevada inflación y no por una elevada apreciación nominal, como sucede en los países de baja inflación como Brasil o Chile y como había sucedido aquí en 2003 (cuando el peso se apreció 15,1% nominalmente al caer de $ 3,44 a $ 2,92 entre diciembre de 2002 y diciembre de 2003)”, explican.
En el ranking elaborado por Econviews, detrás del peso, se ubicó el yen japonés (10,6%), si bien la performance del yen se explica por motivos bien diferentes.
Muchos inversores tomaron posiciones en esa moneda como resguardo, en especial ante los problemas que padece la zona euro. Brasil (8,7%) y Chile (7,3%) también experimentaron una considerable apreciación real contra el dólar, aunque en entornos de baja inflación doméstica.
A su vez, mientras que la libra esterlina mostró una performance prácticamente equivalente al dólar (se apreció apenas 0,2%), en el otro extremo se ubicó el euro, que se depreció con fuerza en términos reales (-7,2%), ante los problemas que presentan algunos de sus países miembros y los temores a que se finalmente se implemente algún tipo de reestructuración de deuda soberana en alguno de los países más afectados.
El caso local es inédito incluso comparándolo con Venezuela, que padece de los mismos males en términos del aumento de precios.
Si bien en 2010 exhibió una inflación del 33,3%, mayor a la Argentina (25,6%), a principios de 2010 se implementó una fuerte devaluación del bolívar (saltó de 2,15 a 2,60 por dólar, lo que equivale a una devaluación de 21%, implementando así mismo un desdoblamiento del mercado cambiario), con lo cual en todo el año la apreciación real del bolívar del 7,8% resultó inferior a la del peso argentino.
Econviews dice que incluso desde una óptica de más largo plazo, en particular desde el 2007 cuando la inflación comenzó a acelerarse en Argentina, se observa que el peso también fue la moneda que más se apreció en términos reales contra el dólar, incluso levemente más que el real brasileño, el yen japonés y en línea con el peso uruguayo.