La economía argentina hoy no genera crecimiento ni empleo, requiere controles cambiarios para evitar que se desplomen las reservas, hay atraso cambiario con una brecha entre el paralelo y el oficial de cerca del 50%, sufre una inflación que es alta y persistente, el riesgo país es uno de los más elevados del mundo, y tiene déficits gemelos y una inversión que cae. No hay duda de que estamos hablando de una economía que está en problemas.
Si además a esta situación compleja le sumamos un diagnóstico reservado respecto del futuro con perspectivas estables o tal vez negativas, podemos hablar de un modelo que seguramente está agotado.