Eric Ritondale: “Hay espacio para salir de esto sin default, y me animo a decir sin una reestructuración agresiva”

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En una semana volátil desde lo cambiario y político, rodeada de mensajes cruzados y medidas oficiales, iProfesional conversó con Eric Ritondale, economista jefe de EconViews, para conocer cómo proyecta la salida de la actual crisis y cómo cree que se configurarán las próximas semanas y meses. Como diagnóstico, indica que la situación “es muy compleja porque se han perdido las anclas de la confianza del mercado”. Aunque considera que la prioridad para el Gobierno actual debe ser tratar de evitar el default.

El dólar llegó a $60 y la inflación se acelera, ¿qué lectura hace de la situación económica?

Al ser competitiva en las PASO la fórmula Fernández-Fernández, se produjo un salto esperado en el tipo de cambio, con la particularidad que encima el mercado se había posicionado muy optimista en la previa a las elecciones del domingo respecto a cómo le iba a ir al Gobierno, pero el escenario resultante fue completamente opuesto. Con lo cual, la situación es muy compleja porque se han perdido las anclas de la confianza del mercado, eso se ha roto, por lo tanto estamos en un escenario de mucha incertidumbre y ahora tenemos un meollo cambiario que seguramente nos va a llevar a una inflación más alta en los próximos meses. Y, por supuesto, con la posibilidad así de entrar en otro shock cambiario que nos lleve a otro nivel más alto.

¿Qué lo sorprendió de todo lo que se ha desatado en la semana?

Lo que es sorprendente entre el antes y después de las PASO, en términos económicos, es que hubo una destrucción de la confianza, de la expectativa de saber cuál va a ser el futuro del país teniendo en cuenta que no queda claro cuál va a ser la aproximación concreta de política económica que va a llevar a cabo el nuevo gobierno. El mercado está muy pesimista, y se están viendo quitas nominales de bonos del 50% con restructuración posible, no con default, pero con quitas mayores al promedio de otras quitas en escenarios más amigables. También se ven desplomes de las acciones.

Es decir, la situación es muy compleja porque se requiere que la economía tenga anclas, y en este contexto es complejo pedirle al Banco Central que defienda cierto nivel de tipo de cambio porque se requiere en realidad señales de la política de mostrar un sendero hacia adelante, y que sea constructivo para el país y con la relación hacia el FMI y los acreedores, porque básicamente es importante que Argentina vuelva a recuperar el acceso del crédito.

Al respecto, ¿cómo lee los anuncios realizados por el Gobierno en los últimos días?

Son medidas paliativas para intentar contener el efecto de aceleración inflacionaria que vamos a ver en los próximos días. Me parece que no va más allá de eso. Hoy la prioridad debe ser tratar de evitar el default y buscar una solución.

¿Qué más puede hacer Macri desde lo económico para intentar revertir la situación?

Es muy complejo hoy tomar decisiones que puedan generar un alivio en términos económicos en la parte del electorado que le sacó el apoyo al Presidente. Lo veo difícil y esta situación lo complica más al Gobierno hacia adelante.

¿Cómo pueden seguir el dólar y la inflación en las próximas semanas?

Creo que la presión sobre el dólar es clara, más de la importante suba que tuvo, pero hay una tracción muy grande. Es probable que eso continúe hasta fin de año, no podemos descartar un nuevo shock cambiario, sería lamentable que eso suceda porque trae más inflación y pobreza. Por eso es bueno que desde el equipo de Alberto Fernández salgan a declarar qué tipos de medidas concretas quieran llevar adelante en términos de la relación con los acreedores internacionales -o bonistas- y con el Fondo Monetario, para evitar un mayor stress cambiario. De lo contrario, podría haber un nuevo salto, por eso se requieren dar señales de confianza para salir de esta crisis.

¿Cómo lee la respuesta que hubo del mercado?

Me parece que fue exagerada, porque hoy están tradeando los bonos con un escenario de reestructuración con una quita nominal superior al promedio histórico de todas las quitas nominales de reestructuración de deuda, que es de 30%, ya que actualmente se está descontando un 50%. Para poner esto en contexto, como referencia general, los bonos que se consideran en default suelen cotizar con una quita del 70%, así que hoy casi se está tradeando en un intermedio a ese nivel. En resumen, hoy el mercado está negociando los bonos en un valor intermedio entre una reestructuración y un default. Por lo cual, la City está muy pesimista al próximo Gobierno, por eso es importante que el FMI se involucre.

En caso de ganar Alberto Fernández, ¿qué puede anunciar desde lo económico para salir de la crisis?

En la elección de octubre se le plantean dos escenarios a Alberto Fernández: el más probable, por lejos, es que plantee un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario, en el que seguramente involucre cambios en política monetaria (sobre todo), y tal vez que haya alguna concesión por el lado fiscal. Pero, principalmente, hay que lograr que el FMI se involucre, como sucedió por ejemplo con Uruguay en 2003. Es decir, que el organismo condicione el próximo desembolso que queda pendiente a que los mercados participen de una reestructuración voluntaria de la deuda para los próximos cinco años, o sea, que entren en un canje de deuda voluntario y que le permita al Gobierno aliviar los vencimientos en ese plazo y que el Fondo apoye, con la misión de presionar que la participación sea alta.

¿Puede trasladarse esa experiencia en Uruguay y en otro contexto al actual?

En Uruguay funcionó aunque también tuvo la suerte que los precios de los commodities estaban altos, que no va a pasar en el caso argentino. Igual creo que esa sería la salida “buena” de la situación en la que estamos, con un perfilamiento voluntario con los acreedores externos. Sobre todo estoy pensando esto implementando la legislación extranjera, que tiene clausula de acción colectiva, en donde si se logra cierto porcentaje de participación de los acreedores en el canje, el resto tiene la obligación de entrar y participar, con lo cual es más fácil lograr esto para aplazar la deuda. Esto permitiría generar, al menos, un alivio por el lado de los vencimientos.

Entonces, ¿cómo imagina que sería esta reestructuración de deuda?

Puede haber una reestructuración de deuda sin quita nominal y que involucre un reperfilamiento de los vencimientos, como mencionaba que ocurrió en Uruguay en 2003. O bien, puede haber reestructuración con una quita nominal, como sucedió en Ucrania en 2015. Hoy el peso de la deuda, aun tras este ajuste del tipo de cambio, es inferior al de la reestructuración de deuda del 2005, con lo cual desde ese lado no hay demasiados argumentos para pensar en una quita en el valor de la deuda. Sí pienso que es alto el peso de los intereses, que hoy es el 3,5% del PBI, y en aquel momento (2005), luego de las reestructuraciones, era del 1,2%. O sea que por el lado de la carga de intereses sí habría lugar para hacer un reperfilamiento de la deuda, pero sin quita, se patean los vencimientos hacia adelante. En resumen, hay espacio para salir de esto sin un default, y me animo a decir sin una reestructuración agresiva.

¿Qué puede pedir el Fondo Monetario a cambio para ceder a esta negociación?

Por supuesto que el Fondo, probablemente, cuando se intente discutir la reestructuración de los vencimientos a cinco o 10 años (un acuerdo de facilidades extendidas), pedirá reformas estructurales. Ahí habrá que ver cuál es finalmente la decisión que toma Alberto Fernández. Todo eso sería el camino “bueno”, que creo que es lo que decidirá el próximo Gobierno porque la otra alternativa es muy mala para todos (me refiero al default). Por eso hay muchos incentivos para que los bonistas, el Gobierno y el FMI lleguen a un acuerdo. Hay tiempo (alrededor de un año) para hacerlo, y en ese lapso puede ser que la economía vaya bien, va a ayudar mucho que se vea que se está trabajando en ese sentido.

¿Cómo considera que vamos a llegar al cambio de Gobierno?

A fin de año va a ser muy complicada la situación, con inflación más alta y caída de actividad económica, y habrá que ver el año próximo si el escenario permite restablecer la confianza con los acreedores internacionales y un nuevo acuerdo con el Fondo. O bien, si habrá una situación de mayor stress. Igualmente, en cualquier caso, hoy no esperaría que la economía logre crecer el año próximo, en el mejor de los casos se podría mantener estancada.

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