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Un default en el primer semestre de 2020, el fantasma que obliga a negociar rápido

16 Octubre 2019

El fantasma del default sigue en el radar de los analistas que creen que hay riesgo de caer en cesación de pagos durante el primer semestre del 2020, por la concentración de vencimientos de deuda. Según estimaciones privadas, son alrededor de US$ 23.000 millones. Un informe del Citigroup enviado a sus clientes en la última semana es más pesimista y advirtió que “un incumplimiento podría ocurrir rápidamente” y añadió que “para la Argentina, la historia sugiere que el riesgo es alto hasta fin de año”.

Los economistas consultados por PERFIL no ven probable un default antes de fin de año, pero sí plantean que el próximo gobierno arrancará su gestión con escasas reservas, y con mercados cerrados al crédito, acecha el peligro de incumplimiento especialmente en el segundo trimestre, ya que en mayo hay vencimientos fuertes. Por eso coinciden que el escenario ideal sería lograr una “rápida” renegociación de la deuda con los acreedores, pero para ello es “clave” lograr primero un acuerdo con el FMI.“Los inversores del exterior van a sumarse si la propuesta es buena pero antes que nada si el FMI sigue estando en el barco”, señaló Miguel Zielonka, de Econviews. Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, acordó: “No hay renegociación de deuda exitosa sin el FMI detrás”.

Variables. ¿Hasta cuándo alcanzan las reservas? Fernando Baer, de Quantum Finanzas, precisó que de octubre a diciembre hay vencimientos de deuda por US$ 5.100 millones, y calculó que las reservas netas rondan ahora en US$ 12.000 millones, por lo que proyectó que el stock a fin de año quedaría entre US$ 7.500 y US$ 8.000 millones. “Habrá que encarar el 2020 con reservas exiguas para hacer frente al pago de deudas, demanda de dólares para atesoramiento, para importaciones, y en el primer semestre hay un escenario de vencimientos complejo: en mayo existen vencimientos fuertes del Bonar 24 y el Bonar 20, después no queda mucho margen. Si no hay acceso a fuentes de financiamiento, por ejemplo una parte del FMI, puede haber un evento de default”, auguró Baer. Dijo que eso “dependerá mucho de lo que haga el nuevo gobierno con un programa integral, si va a desdoblar el mercado de cambios, si pondrá más restricciones cambiarias”, algo que prevé podría “ocurrir incluso antes de fin de año”.

También el financista Christian Buteler especuló: “No creo que lleguemos al 10 de diciembre con el tope de US$ 10.000 para comprar”, y juzgó que “aunque el BCRA no dice cuánto son las reservas libres disponibles, que hayan tenido que tocar el desembolso precautorio del FMI le dio al mercado la señal de que no tiene dólares”. Ve chances “del 50% de que suceda un default en el primer semestre”.

Agenda. Según el análisis de Mazza, “hay dos meses clave, febrero y mayo; con las reservas líquidas y los actuales controles cambiarios llegaríamos a febrero, donde hay un fuerte vencimiento del AF20 (Bonar Dual) por unos $ 100 mil millones; si amplían las restricciones y tenemos un cepo más grande llegaríamos a abril incluido. Ya en mayo no hay más plata, y ese mes hay que pagarle al Club de París US$ 2.000 millones, y hay una amortización del AY24”.

En sintonía, Zielonka proyectó que “el próximo gobierno recibirá una caja complicada; en la medida que las reservas sigan cayendo, si no hay acuerdo con los acreedores y Argentina no logra financiamiento fresco, en algún momento del segundo trimestre a más tardar existe la posibilidad de que no haya caja para afrontar pagos”. Vislumbró que “un mitigante podría ser si consiguiera fondos de China o Rusia como algunos especulan: eso ampliaría un poco la ventana de supervivencia”. Matías Rajnerman, de Ecolatina, tambien avizora que “en 2020 la posibilidad de default es mucho más latente, en la primera mitad del año es más compleja la situación porque vencen todas las letras que fueron reperfiladas”. Según un informe de LCG, el pago de las letras reperfiladas en agosto último “absorberá en el primer semestre US$ 17.400 millones (medidas al tipo de cambio actual)” y consideró que “difícilmente pueda ser nuevamente reperfilado aun cuando se avance en una reestructuración integral de la deuda”.