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El saldo comercial de los primeros dos meses del año reflejó una contracción del 38% en la comparación interanual. Desde Econviews, consultora que dirige Miguel Kiguel, destacaron que la Argentina está perdiendo su "autoabastecimiento a pasos acelerados"

El saldo comercial de los primeros dos meses del año reflejó una contracción del 38% en la comparación interanual, al alcanzar una suma de u$s1.100 millones (u$s500 millones en enero y u$s600 millones en febrero).

En este contexto, desde la consultora Econviews destacaron que "el sostenido crecimiento económico, sumado a la apreciación real de la moneda local, se potencian para un mayor nivel de compras fronteras afuera".

Y si bien todos los rubros de importación reflejan alzas significativas, alertaron que "sobresale el incremento del 155% en la importación de energía".

Más aún, en los primeros dos meses del año el incremento fue del 158% interanual, de los cuales 126 puntos porcentuales se explican por mayores cantidades importadas.

En este contexto, encendieron la voz de alarma al destacar que "el saldo comercial energético podría entrar este año en terreno negativo por primera vez desde la década de los 90. Si bien la Argentina nunca fue una potencia petrolera como para darse el "lujo" de exportar un recurso no renovable como lo hizo las últimas dos décadas, si es un país que alcanzó el autoabastecimiento energético, condición que está perdiendo a pasos acelerados".

Sucede que, a la combinación de mayor consumo y menor producción desde 1998, se suma que el actual nivel de exploración es el más bajo desde la década de los 80.

Dicho de otra manera," el acento no hay que ponerlo en la pérdida del saldo comercial energético positivo, sino que el mismo deja en evidencia la combinación de mayor consumo interno en un contexto de franca disminución en el nivel de producción. Pozos que se agotan y no se reponen, conduce a perder el autoabastecimiento sostenido que se alcanzó recién en 1988".

Según el economista Martín Apaz, uno de los orígenes del complejo escenario que está enfrentando el sector está en el desaliento a la inversión que comenzó hace años, cuando se fijaron retenciones mediante un precio fijo por barril exportado, que "atenta contra los márgenes de rentabilidad". 

En este contexto, marcado por la escasez en el número de nuevas explotaciones, "la Argentina se hizo más dependiente del combustible y energía importados".

Desde el CARI alertaron que "en los próximos años se ampliará la brecha entre exportaciones decrecientes e importaciones crecientes", lo que generará una mayor necesidad de contar con dólares para financiar la compra de energía en el exterior y hacer frente a los subsidios.