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Reperfilar, reestructurar o defaultear la deuda: qué es cada cosa

30 Agosto 2019

El ministro de Hacienda de la Nación, Hernán Lacunza, anunció anoche que el Gobierno nacional pagará fuera de término algunos compromisos asumidos con instituciones y que comenzará las negociaciones para “reperfilar” la deuda argentina. Es decir que buscará extender los plazos en los que se pagarán algunas de las deudas, aunque sin reducir el monto que se pagará. “Lo que comunicó el Gobierno es que va a estirar los vencimientos para los prestamistas institucionales (agencias del Estado, bancos y fondos comunes de inversión) de corto plazo como los que tenían Letes o Lecaps, pero sin quitas en los pagos. Esta decisión es unilateral y está incumpliendo los plazos fijados inicialmente en los contratos. Para otro tipo de deuda de mediano y largo plazo, el Gobierno intentará negociar para que el cambio de fechas sea consensuado con los prestamistas”, explicó a Chequeado Joaquín Waldman, economista de la consultora Ecolatina, dirigida por el economista Santiago Paz y que fue fundada por Roberto Lavagna, candidato a Presidente por Consenso Federal. Pero, ¿reperfilar es un eufemismo de defaultear?, se preguntan muchos. O, ¿qué diferencia a cada concepto?

Reperfilar: cambiar plazos sin cambiar montos

“Un reperfilamiento de la deuda sólo contempla que se ‘pateen’ los vencimientos hacia delante para tratar de alcanzar una estructura de deuda que el país pueda pagar sin problemas”, sostuvo a Chequeado Lorena Giorgio, economista de la consultora Econviews que dirige Miguel Kiguel -ex funcionario del Ministerio de Economía durante las presidencias de Carlos Menem y Fernando De la Rúa-. Es decir, al “reperfilar” la deuda el Gobierno devolvería a sus prestamistas el mismo capital (monto inicial del préstamo) y los mismos intereses que acordó inicialmente, pero más tarde de lo previsto

Reestructurar: cambiar plazos y montos

“Reestructurar”, en cambio, se refiere a negociaciones que implican un mayor cambio. Generalmente se refiere a negociaciones con quitas sobre los montos a pagar, es decir que se paga menos de lo acordado inicialmente (aunque también puede haber reestructuraciones sin quita, que en la práctica sería lo mismo que “reperfilar”). Esta misma diferencia entre “reperfilar” y “reestructurar” la deuda ya se había discutido, por ejemplo, en 2011 en Grecia. “Reestructurar es lo que hizo la Argentina entre 2001 y 2005. Implica una modificación en los términos y condiciones de la deuda previamente contraída, y la cual no puede ser afrontada por problemas de solvencia o liquidez del deudor. Pueden realizarse modificaciones en el monto de la deuda, el interés y la frecuencia de pagos, entre otros”, sostuvo Giorgio.

Default: cuando no se paga o los cambios no son voluntarios para los acreedores

¿Qué diferencia hay entre “reperfilar”, “reestructurar” y “defaultear”? Principalmente depende de que las modificaciones de las condiciones del repago de la deuda sean voluntarias o no. “Para que sea voluntario, tiene que estar de acuerdo la mayor parte de los acreedores”, explicó Giorgio, quien agregó que depende de cada bono pero generalmente se trata de un nivel de aceptación cercano al 75% (esto ya está estipulado en las leyes extranjeras, pero no se incluyó en los bonos locales, y es lo que el Gobierno anunció que va a enviar al Congreso para modificar). Si estos cambios en el pago de la deuda no son voluntarios, habría un “default”, que es la falta de pago en tiempo y forma, como sucedió a fines de 2001.

Por más de que no se incumpla toda la deuda del país, si se incumplen contratos con un grupo puntual de acreedores también podría considerase como un “default selectivo”. Las calificadoras de riesgo utilizan estos términos para calificar la deuda de los países, pero, técnicamente, la Asociación de Operadores de Mercados Emergentes (EMTA, por sus siglas en inglés) es la que define si los bonos están en default o no.

En los últimos años en el país también se hizo conocido el concepto de “default técnico”. En 2014, la Argentina debía pagar en Estados Unidos distintas deudas que tenía, pero como la Justicia estadounidense había fallado a favor de los holdouts, conocidos como “fondos buitre”, no permitió que la Argentina pagara estas deudas sin antes pagarle a los holdouts. Así, por más que el país depositó los pagos que debía realizar por distintos bonos, no pudo pagarle a sus prestamistas y entró en lo que se llamó “default técnico”. En la situación actual, mientras el Gobierno descarta que se trate de un “default selectivo”, algunos economistas señalan que sí sería o podría ser el caso. Las agencias que evalúan la situación de los bonos aún no publicaron información sobre el tema tras el anuncio de Lacunza.