Press

Prensa

Volver a

PBI y empleo: qué puede esperarse para el segundo trimestre

24 Junio 2020

En los primeros tres meses del año, la actividad económica cayó 5.4% en relación a un año atrás, y 4.8% contra el trimestre anterior. Son caídas fuertes, pero nada comparables a lo que veremos en el segundo trimestre, una etapa vivida enteramente en cuarentena en el AMBA y con restricciones en el resto del país. El PBI trimestral podría caer alrededor de 14 o 15% contra el primer trimestre de año en forma desestacionalizada. Y eso supone que se tocó piso en abril, y que la economía recuperó 3% en mayo y algo más de 3% en junio. El consumo eléctrico y otros indicadores parecen avalar que lo peor ya pasó.

Para todo el 2020 se espera una caída de 10%, que podría ser mayor si el AMBA vuelve a Fase 1. Este escenario tiene implícita una recuperación relativamente fuerte en el tercer y cuatro trimestre del año. Sin embargo, no es obvio que sea en forma de “V”. Si bien se espera que la oferta vuelva paulatinamente a sus valores normales, no se sabe qué va a ser de la demanda. Por un lado, habrá importantes caídas de ingresos en muchos sectores de la población, mucho más si se restringen los programas ATP e IFE.

Pero el problema va más allá. La montaña de cheques rechazados, la cantidad de empresas en problemas o que ya cerraron hace que la recuperación rápida no esté garantizada. Uno de los datos más preocupantes es la caída de la inversión. Incluso antes de la pandemia, esta variable ya había caído a su nivel más bajo desde la crisis del 2002. Y cuando sumemos los efectos de que el 70% de las obras en construcción están paradas y que el apetito inversor no pasa por su mejor momento, los números del segundo trimestre pueden ser muy duros. Y eso tampoco se recuperará rápido.

El empleo aguanta hasta ahí. Los números del primer trimestre del año no fueron tan malos para el desempleo. Si bien la tasa de desocupación creció de 10,1 a 10,4%, la tasa de empleo (proporción de gente que trabaja sobre el total de la población) cayó marginalmente de 42,3 a 42,2%. En un contexto en el que la economía es 5,4% más chica que un año atrás es un buen dato. Parte de la historia es que el desempleo es una variable rezagada, además de que el mes de marzo fue el de la mayor caída, de manera que quizás la encuesta no captó aún toda la reducción.

Además, en el marco de la emergencia económica existe una prohibición de despidos por 180 días, a la vez que se permitieron reducciones salariales en algunos sectores. Argentina no se caracteriza por tener un mercado de trabajo tan flexible como lo es, por ejemplo, Estados Unidos, en donde el desempleo saltó rápidamente.

Es improbable que el desempleo llegue a valores del 2002 cuando superó el 20% o el 18% del Tequila. Igualmente, cierto empeoramiento del mercado es inevitable. El sector de trabajadores informales y ciertos independientes están en riesgo. Una caída del PBI de 10% debería recortar en 3% el número de empleos. Como los recortes ocurrirán mayormente en empleos privados, podríamos asumir que de los 9 millones de empleos se pueden perder alrededor de 400.000 puestos de trabajo. Usando estos números el desempleo podría cerrar el año alrededor del 11,6%.