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Leliq, fake news y devaluación

30 Julio 2019

El nivel de debate de la campaña es tan pobre que Pindonga y Cuchuflito fueron el centro durante varios días. ¿Hay tan pocos problemas, realmente, como para debatir eso? Ayer, la campaña continuó embarullada en dimes, diretes y algo de juego sucio. Lo más grave es que quedan algo más de diez días para una instancia en la que, teóricamente, apenas se eligen candidatos dentro de los espacios. Algo que, de hecho, no se hará. Dicho de otro modo, quedan tres meses (90 días) para la primera vuelta y cuatro meses, o 120 días, para el balotaje. ¿Un cuatrimestre más así o peor? Inaguantable.

El tema del día de ayer comenzó a incubarse la noche del domingo en el programa de TV “El Destape” de Roberto Navarro. Allí, Alberto Fernández fue consultado sobre su nueva propuesta de subir 20% las jubilaciones desde el 10 de diciembre. Curioso: una semana antes, en TN, había criticado que el déficit fiscal era de 6% del PIB. Rápido, el “fana del Bicho” contestó: “Vamos a dejar de pagar los intereses de las Leliq”. Una frase confusa, cuanto menos. ¿Anunció que iba a emitir moneda, que no iba a pagar las Leliq o que iba a bajar la tasa?

Más rápido aun, un importante medio puso en su portada que el candidato frentista iba “a defaultear” esa deuda corta del BCRA. No había que ser un experto en finanzas complejas para entender que la rueda cambiaria que arrancaba a las pocas horas no iba a ser fácil. Y no lo fue, en rigor. Tampoco tuvo una mañana tranquila Guillermo Nielsen, que recorrió programas varios contradiciendo a su jefe quien, semanas atrás, lo había criticado a él cuando trató a Axel Kicillof de “ignorante”.

Algunos analistas fueron más allá e interpretaron que las palabras de Alberto buscaban fines desestabilizadores. Uno de ellos fue Pablo Gerchunoff. “El fraseo de @alferdez fue muy pensado. Clarín pisó el palito. Se merece una nueva ley de medios”, dijo el historiador económico. El propio Fernández criticó la tergiversación e, incluso, interpretó el tuit como una validación. Citando al economista, el candidato tuiteó: “No lo digo yo sino Pablo Gerchunoff. Otra evidencia de cómo se manipula información maliciosamente. ¿Por qué no cuentan que el Gobierno de Macri planea seguir pagándoles a los bancos estos intereses desquiciados? Entre los bancos y la gente, está muy claro de qué lado estoy yo”.

Pero resulta que el economista de corazón radical no había dicho lo que Alberto pensó que dijo. “Yo digo dos cosas. Una, que no dijiste default; la otra, que el fraseo estuvo destinado a provocar turbulencias y una caída de los salarios reales. De hecho, te comparé con Menem de 1989. También dije que no te va a salir”, escribió, luego, sin dejar dudas. Así, Gerchunoff recordaba, entre otras cosas, la triste acción de Domingo Cavallo en 1989 cuando fue a Estados Unidos a anunciar que no reconocerían la deuda contraída por Raúl Alfonsín, es decir, que no se atrevan a financiar a Argentina. O quizás aludía al menemista Guido Di Tella, tal vez, cuando dijo, también por esas épocas: “Vamos a ir un dólar recontra alto”. La demanda por dólares se anticipó, obviamente. Ese era el punto. “Este no es el precio del dólar”, dijo Alberto en la velada dominical.

Más allá de los dimes y diretes del día nacional del malentendido, el mercado cambiario sintió el impacto y el dólar escaló 48 centavos hasta $43,83. “A priori, uno espera que el mercado cambiario sea la caja de resonancia de las declaraciones y las encuestas. Lo que no puedo hacer, es predecir esas declaraciones y esas encuestas. Además, uno espera que de por sí el mercado se vaya preparando para el evento, es decir, reduciendo su exposición o cubriéndola. Lo que necesariamente implica, directa o indirectamente, presión sobre el dólar. Sin embargo, el BCRA tuvo dos meses relativamente positivos para rearmarse, mejorar e incrementar sus instrumentos”, dice Gabriel Caamaño Gómez desde Consultora Ledesma. “Ahora tendrá que usarlos para administrar la incertidumbre”, añade.

En esa línea, Miguel Zielonka (Econviews) dice: “El BCRA va a usar futuros y evitará usar reservas. “Tenían US$ 6.600 millones para vender hasta el 31 de agosto: US$ 3.000 millones estaban comprados al 30 de junio y US$ 3.600 millones pueden estar vendidos por autorización del FMI”. “Las declaraciones de Alberto no fueron bien interpretadas por el mercado. El impacto fue acotado porque honestamente no se entendió si fue una propuesta o si fue un desliz en una declaración. De todas maneras son formas de hacer daño. Cuando el candidato con más chances actualmente a quedarse con la presidencia dice que no va a pagar los títulos que respaldan los depósitos el mercado se pone nervioso. La verdad no entendemos si fue una manera de hacer daño o si fue un fallido”, dijo Guido Lorenzo desde LCG ante El Economista.

Más alejado de las declaraciones, Adrián Yarde Buller (Research del Grupo SBS), dijo: “Los últimos días mostraron la lógica presión que antecede a los eventos políticos en economías emergentes, con inversores externos que estuvieron cerrando apuestas de carry para no quedar expuestos al riesgo político. Al menos hasta ahora, el accionar del BCRA en futuros ayudó a mejorar las condiciones de liquidez permitiendo que el movimiento se diera sin grandes momentos de volatilidad o impacto considerables sobre las expectativas. En las ruedas que quedan hasta el viernes que viene, esperamos que la dolarización tome algo más de fuerza pero también consideramos que los flujos comerciales, las subastas de divisas del Tesoro y el poder de fuego del BCRA tendrían que ser más que suficientes. Aunque la perspectiva electoral es favorable, en las últimas ruedas estuvimos recomendando cerrar posiciones de carry y reducir duration en bonos en pesos a la espera de un aumento de la volatilidad y las tasas a medida que nos acercamos a la elección”.

Los datos

0,1%

Durante la semana del 22 al 28 de junio pasó algo extraño en Argentina. Casi no subieron los precios contra la semana previa, según confiaron desde Elypsis ante El Economista. Por cierto, lo ideal es que eso pase en un período más largo, pero es un comienzo. Según Elypsis, que hace sus propias mediciones, los precios terminarán julio con una suba de 2,2-2,3%. ¿Y agosto? Dependerá del dólar.

17,8%

Los datos relevados por el IBIM-OJF, el proxy de inversión de Orlando Ferreres, estimaron para junio una caída de la inversión de 8,9% anual, medido en términos de volumen físico (descontando el efecto precios). Así, el acumulado del primer semestre del año muestra una contracción de 13,4%. Por su parte, en la medición precios constantes la inversión representó el 17,8% del PIB mientras que, medido en dólares, en junio se invirtieron US$ 6.436 millones.