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La economía comenzará 2020 con una caída del 1% por el arrastre de 2019

28 Noviembre 2019

La caída de la actividad económica, que arrojó un retroceso del 2,1% en septiembre golpeada por los datos negativos en la construcción y la industria, no encuentra piso en 2019. Según la consultora Ecolatina, en el último trimestre del año se contraerá casi 4% interanual por lo que estimó un retroceso del PBI en promedio de 2,7% en 2019, dejando un arrastre negativo cercano a 0,8% para el primer año del gobierno de Alberto Fernández.

Para Juan Ignacio Paolicchi, analista de Eco Go, la caída del Producto en el último año de gestión del presidente Mauricio Macri finalizará en 2,2%, dejando un arrastre para 2020 en torno al 1%. Asimismo, Miguel Zielonka, director asociado en Econviews estimó un desplome de la actividad económica para este año de 3% y un retroceso del 2% para el primero año del próximo gobierno. No hay que perder de vista que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en los primeros nueve meses de 2019 la actividad económica retrocedió un 2,3% frente al mismo lapso del año pasado.

Mientras que los expertos del IARAF resaltaron que la devaluación post PASO y la incertidumbre en el mes previo a las elecciones convalidaron al dato de septiembre como el nuevo piso de la recesión. Al tiempo que agregaron que el nivel de producto actual fue superado por primera vez en noviembre 2010. “Tras nueve años de recesiones recurrentes, la Argentina posee prácticamente el mismo nivel de actividad económica”, detallaron.

Razones detrás del retroceso

Entre los motivos de la caída de la economía Ecolatina destacó, por un lado, los efectos del nuevo salto cambiario que continuarán impactando en la economía real. Y por otro, la aceleración de la inflación que volvió a deteriorar el alicaído poder adquisitivo de los ingresos. “Adicionalmente, el temor a un nuevo salto cambiario tras las elecciones a fines de octubre llevó a una fuerte dolarización durante el mes, restringiendo el ingreso disponible para consumo y ralentizando la recuperación tras el shock cambiario”, dijo en su último reporte. Añadió que el debilitamiento de la demanda interna también estará influida por la incertidumbre acerca de las políticas a tomar por el próximo gobierno, “que limita la inversión productiva y repercute con mayor dureza en la construcción, la actividad inmobiliaria y el sector financiero, en un mercado de crédito muy limitado”.

Asimismo, detalló que durante la primera mitad del tercer trimestre, es decir, hasta mediados de agosto, los principales indicadores económicos continuaban la tendencia iniciada unos meses atrás. Destacó que en un marco de calma cambiaria, la desaceleración de la inflación y parcial recuperación del poder adquisitivo, la actividad -cosecha récord mediante- comenzaba a mostrar una mejora en términos interanuales. Sin embargo, Ecolatina consideró que “el resultado electoral de las PASO disparó una corrida cambiaria que desencadenó una creciente incertidumbre financiera”.

A lo que sumó que “la inestabilidad nominal resultante debilitó las referencias en el sistema de precios e imposibilitó la realización de transacciones que se hubieran llevado a cabo en condiciones normales, comprometiendo la cadena de pagos y el capital de trabajo”. Cabe destacar que pese a las medidas tomadas por el gobierno (bonos y exención impositiva en ingresos y en algunos productos de la canasta alimentaria) el impacto inflacionario del salto cambiario, en un contexto de elevada incertidumbre por el devenir de la economía en los próximos meses, redujo el consumo de las familias y enterró cualquier atisbo de recuperación para el resto del año, observaron desde la consultora.