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El mercado valora la moderación, pero también duda (más) por la reelección de Macri

21 Mayo 2019

El lunes fue el primer día hábil tras el sorpresivo anuncio sabatino de Cristina Kirchner. Una suerte de debut operativo de la nueva fórmula Fernández-Fernández. El sábado, movió la política y, luego, hablaron los mercados. Aunque el cimbronazo aún no se digirió íntegramente y siguen las réplicas del movimiento telúrico, las valuaciones parecen sugerir una interpretación mixta. Es decir, con elementos positivos y negativos. Entre los primeros sobresale que, si hay kirchnerismo desde el 10 de diciembre, sería más moderado que el hipotetizado inicialmente y, entre los segundos, es que, a raíz de esa moderación (y otros factores), hay más chances de que haya kirchnerismo desde diciembre.

Así, tras un preocupante comienzo en rojo y algunas ventas de activos de Argentina, los mercados se recompusieron e incluso terminaron en terreno positivo. ¿Será tendencia? Se verá. Pero, a priori, no hubo un rechazo rotundo desde Wall Street a la fórmula FF…y eso que Cristina confirmó su participación en el binomio.

La moderación

En efecto, dijeron desde ACM, “la declinación de Cristina y la elección de uno de los pocos dirigentes de su espacio con un perfil moderado y con independencia intelectual, ablanda el perfil del espacio encabezado por la expresidenta”. Que el anuncio se haya hecho público tres semanas antes de la inscripción de alianzas y cinco semanas antes del cierre de listas, agregaron, “abre la expectativa que una instancia negociadora ulterior sea posible, sobre todo hacia el centro del espectro político, lo cual alejaría aún más el temor de una ‘venezuelización’”.

Algo similar, aunque con advertencias, señalaron desde EconViews. “A pesar de lo sui generis de la nominación de un candidato a Presidente por su compañero de fórmula en el segundo lugar, los inversores podrían evaluar esta dupla como más moderada en sus definiciones de política económica, lo que supone un escenario menos radicalizado. No obstante, los nombres que se bajaran como referentes económicos de la fórmula no confirman esta lectura constructiva”, dijeron desde la firma que lidera Miguel Kiguel.

A nivel electoral, las incógnitas siguen dominando la escena y todos estiman que, hasta el 22 de junio (fecha pautada para el cierre de listas), no hay nada dicho. Ni siquiera allí se sabrá el final de la película: será apenas el comienzo de una intensa campaña. Pero el kirchnerismo ya se anotó un mojón: subió su techo electoral (en cuánto es algo que se verá: Alberto tampoco derrocha carisma) y fue el primero que golpeó.

Llega el turno, ahora, la reacción de los alicaídos federales y, sobre todo, la del Gobierno. Algún gesto de apertura política, que antes era recomendable en Cambiemos, hoy es casi una imposición de la realidad. La apuesta kirchnerista aparece clara: subir el techo electoral (seduciendo a algunos moderados) y cooptar a los federales (o sus potenciales aliados, como los gobernadores). Parece un juego de pinzas astuto en el que Cristina suma, a su bastión metropolitano, los aceitados aparatos locales de los gobernadores peronistas, recientemente revalidados en las urnas, que ven en Alberto a alguien menos hostil para sus propios intereses.

Pero los economistas, que siempre se disfrazan de analistas políticos en los años impares, están divididos. “Nuestra interpretación es que esto no es jaque mate, sino una movida más que prepara el tablero de ajedrez para nuevas definiciones en las próximas semanas”, dijo Miguel Kiguel en su tradicional informe de los lunes. “Los acontecimientos del fin de semana no son disruptivos pero tampoco han despejado el horizonte”, agregó Kiguel.

Un poco más asertivos fueron los hombres de Delphos. En una nota a clientes, dijeron que crecen las probabilidades de un peronismo unido. “El movimiento de Cristina no sólo incrementó la misma sino que también supone elevar las probabilidades del escenario de un peronismo unido, lo cual a su vez reduce las chances de la reelección de Macri. Creemos que el mercado deberá repricear este cambio de contexto, que lo vemos como desfavorable para los activos financieros locales.

Mantenemos nuestra visión de extrema cautela sobre los mismos, sugiriendo esperar a que el escenario político sea más claro para poder valorar correctamente los activos locales”, expresaron. “La jugada busca unir al peronismo, lo que sería terminal para las chances de Macri de reelegirse”, agregan y ponen el ojo en Massa. “Sin un espacio propio con peso electoral, Massa sería empujado a formar parte de este nuevo armado peronista”, señalaron. Precisamente, la plantada de bandera de Juan Schiaretti (“tendremos nuestro propio candidato”, dijo el cordobés) ofreció algo de aire. Sin embargo, más allá del declaracionismo dirigencial, la clave son los otros gobernadores y sus aparatos. Por cierto, los líderes provinciales hoy están más cerca del kirchnerismo que antes del sábado a la mañana. El próximo test serán las primeras encuestas con Alberto. Falta poco.