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El mercado le dio la espalda al Gobierno y el escenario ahora es emisión o reperfilamiento

11 Febrero 2020

El fracaso en la licitación de deuda que el Ministerio de Economía había lanzado para financiar el pago del bono Dual este jueves fuerza al Gobierno a elegir entre dos alternativas: emitir casi $100.000 millones para cancelar ese monto o anunciar un reperfilamiento del vencimiento. Las dos variantes tendrían efectos negativos. La primera implicaría presiones inflacionarias y sobre la brecha cambiaria y, la otra, un daño a la credibilidad del Poder Ejecutivo en medio de la renegociación de la deuda con los acreedores y el FMI. Este lunes el mercado volvió a darle la espalda al Gobierno. El Palacio de Hacienda ofreció a los inversores tres bonos para poder recolectar pesos y así financiar el pago del AF20, previsto para este jueves por una cifra cercana a los $98.000 millones. Hace seis días, los tenedores del bono Dual habían rechazado en su mayoría un canje por nuevos bonos en pesos, con vencimiento en agosto de 2021. El resultado negativo sorprendió a los analistas, que estimaban que la operación financiera de este lunes iba a tener más éxito que el canje de la semana pasada. La diferencia radicaba en que la nueva oferta no implicaba una pérdida del valor de los títulos. La meta de fondo del Gobierno fue poder liberar el peso de los vencimientos hasta dentro de un año y medio, pero el mensaje de los bonistas fue otro: cobrar ya.

El escenario que se abre para el Gobierno implica dos opciones que en el mercado consideran perjudiciales de alguna u otra forma y el Poder Ejecutivo deberá elegir cómo administrar el daño. Por un lado, puede pagar el bono Dual mediante la emisión de los $98.000 millones. Esta expansión del dinero en circulación podría poner presión en la brecha cambiaria, en la suba de precios y obligaría al Banco Central a interrumpir la baja de tasas de interés para sacar pesos en circulación. Por otro lado, puede decidir reperfilar el pago del AF20, lo que dañaría los precios de los bonos argentinos en medio de la negociación de la deuda y agregaría "ruido" en las conversaciones entre el equipo económico y los acreedores. El Palacio de Hacienda espera, según su hoja de ruta, tener resuelto el tema a fines de marzo, es decir, dentro de poco más de seis semanas. En este contexto de incertidumbre, el ministro Martín Guzmán se presentará este miércoles en el Congreso, donde expondrá sobre el estado de la reestructuración de la deuda. Ese mismo día, llegará una misión del Fondo Monetario para continuar la negociación sobre el crédito.

Emisión o default selectivo, cuál es el mal menor

Para María Castiglioni Cotter, de la consultora C&T, "son dos alternativas malas". "Nadie se esperaba el resultado de este lunes. Lo que pasó en el ida y vuelta entre los bonistas y la Provincia de Buenos Aires no ayudó a este escenario", consideró en diálogo con TN.com.ar. "El Gobierno lo que no está haciendo es mostrar cómo piensa pagar el día de mañana, qué plan tiene. Se necesita una 'zanahoria' para los inversores y hoy hay poca información", agregó. "El escenario ahora es binario. Se paga o no se paga", explicó por su parte el economista Matías Carugati. "Si se paga, la pregunta es con qué recursos. Todos están mirando al BCRA. A pesar del intento de buscar 'prudencia', quizás tengan que emitir pesos para pagar deuda, dejando bien en claro (una vez más) la dominancia fiscal de la política monetaria. Los activos financieros, las brechas cambiarias y la propia inflación podrían acusar recibo de esta situación", dijo. "Si no se paga el daño sería importante. Un nuevo reperfilamiento compulsivo de la deuda en pesos en menos de un año. Y todo eso en el marco de una negociación por la deuda pública en general", completó. A fines de agosto de 2019, el entonces flamante ministro de Hacienda Hernán Lacunza anunció, en medio de la crisis cambiaria y el desplome de los activos financieros argentinos tras la derrota del Gobierno de Mauricio Macri en las PASO, la reestructuración de la deuda que incluyó el crédito con el FMI, bonos en dólares emitidos bajo ley extranjera pero también Letras del Tesoro en pesos.

El Gobierno había tomado esa decisión para evitar que el pago de esos títulos repercutan luego en una nueva corrida cambiaria, aunque días después terminó por establecer los primeros controles cambiarios, que derivaron luego en el cepo que se mantiene vigente hasta la actualidad. Esa decisión fue considerada por las calificadoras de deuda como un "default selectivo", porque no implica una cesación de pagos "general" de los pasivos. Además, fue interpretado como un "golpe" a la posibilidad del Estado de financiarse en el mercado en su propia moneda. Menos de seis meses después, el país podría reperfilar nuevamente sus bonos en pesos. "El reperfilamiento en pesos no sería un buen antecedente para comenzar a negociar toda la deuda externa, en particular porque hay fondos de inversión del exterior con tenencias grandes de bonos argentinos, tanto en pesos como en dólares. Entonces, todos coordinaron en no entrar al canje y cobrar", apuntó Mariela Díaz Romero, economista de Econviews, ante este medio. "Por un lado tienen el dilema de querer reconstruir el mercado en pesos y en ese sentido les convendría pagar. Sin embargo el impacto en la brecha cambiaria, que ya está en 40% con el 'contado con liqui', sería muy grande", concluyó. Para Martín Vauthier, director de EcoGo, el reperfilamiento "es el peor escenario". "Esto tiene que dejar una lección para la reestructura en moneda extranjera. Las negociaciones requieren tiempo, hablar con los involucrados y también presentar un programa económico consistente. El plan no puede ser secreto, tiene que mostrar señales fiscales y que cierre macroeconómicamente, en términos de expectativas, de precios y de salarios. Que diga cómo van a crecer las exportaciones. Es muy importante que el programa no sea secreto y sea creíble", analizó.