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Crisis post PASO: ping pong con Eric Ritondale

20 Agosto 2019

Los anuncios económicos realizados el miércoles por Mauricio Macri…

Me parece que son más políticos que otra cosa y van a tratar de atenuar los efectos de la aceleración inflacionaria que se va a venir en los próximos dos o tres meses por la devaluación del lunes. Esencialmente es eso: una medida de contención, para tratar de aliviar a los sectores que están más expuestos a la aceleración de la inflación.

Lo que se vio en los mercados…

Fue una crisis de confianza muy fuerte. Los mercados desconfían de lo que puede llegar a hacer el próximo gobierno y en ese sentido, no sólo es importante que el actual gobierno dé mensajes conciliadores respecto a lo que puede llegar a ser la próxima gestión. Haber dicho que van a tomar medidas en pos de una “venezualizacion” de la economía, por ejemplo, no ayudó a que el mercado se tranquilice

En este contexto, Alberto Fernández debería…

Es importante qué tanto él, como sus potenciales referentes económicos den señales de algún tipo de sensatez, que es lo que va a calmar el mercado y vimos el jueves. Que clarifique que tomar medidas confiscatorias, un default, u otras medidas de ese tipo está fuera de la agenda y que la actitud que va a tener el próximo gobierno, con los acreedores, va a ser positiva y constructiva. En síntesis, que hay voluntad de querer pagar la deuda. Porque básicamente, lo que se vio entre domingo y lunes en el país, no pasó por la capacidad de pago, porque eso está intacto e igual que hace una semana, sino que se puso en tela de juicio la voluntad de pago que puede llegar a tener el próximo gobierno. Entonces todo lo que vaya en esa dirección desde Alberto Fernández y sus referentes, va a ayudar mucho a que se estabilicen los bonos, las acciones y por supuesto, el tipo de cambio.

El tipo de cambio…

Está como estaba a fines de agosto del año pasado, cuando saltó de $30 a $40. Es un tipo de cambio que si Argentina es capaz de restaurar la confianza de los mercados internacionales, de forma tal de que pueda acceder a cierto volumen de financiamiento en los próximos años, está más que bien y es razonable para Argentina. Pero, lo que es importante es dar señales que apunten en esa dirección para que el mercado perciba que en los próximos años, va a haber un poco de financiamiento externo, al menos, como para refinanciar los pasivos con el mercado en los próximos años. Eso, me parece que es lo que está mirando el mercado y por eso es importante dar señales, en ese sentido.

La disparada del dólar y su efecto en la inflación…

Es inevitable que impacte. De hecho, para agosto, los últimos datos están mostrando una inflación semanal del 2%, o sea, una aceleración importante. Probablemente, el dato de agosto se ubique entre el 4% y 5%, si tengo que arriesgar un número, y en septiembre, se sitúe en una cifra similar. O sea, que todo el proceso de recomposición de los salarios y del poder adquisitivo que se estaba viendo, todo el escenario de desaceleración de los últimos meses, se va a ver interrumpido. Vamos a tener caída del salario real en los próximos meses, caída de la actividad económica, aceleración de la inflación y vamos a volver al escenario que tuvimos después del salto de $30 a $40 del tipo de cambio, que mencionamos antes. Justamente en este marco, llegan las medidas anunciadas por el gobierno, con el fin de tratar de compensar o aliviar eso. Que por supuesto, son paliativas y no van a alcanzar a recomponer lo que vamos a ver que, lamentablemente, será la caída de los ingresos reales en los próximos meses.

Sobre la posibilidad de una hiperinflación…

De ninguna manera vemos un escenario de hiperinflación, ni este año, ni el que viene. Se tendrían que dar una serie de condiciones que no están dadas hoy en la economía argentina. Lo que sí esperamos, es más inflación. Y lo que tenemos hoy es el riesgo de entrar en un régimen de inflación más alta. Veníamos de 25% anual, hemos tenido 50% en 2018 y vamos a tener 50% en 2019. O sea, vamos a terminar dos años con una inflación del doble de lo que veníamos, por lo cual hay muchas chances de que el año que viene pase lo mismo y que vayamos a un número de inflación que no empiece con 2, sino con 4% ó 5%, siempre hablando de la inflación anual, a fin de año. Esto, con el riesgo de que cualquier shock cambiario o cualquier nuevo salto del tipo de cambio -que se puede dar cuando se pone en duda la capacidad de crédito del país-, se traslade a una nueva devaluación y a una nueva aceleración inflacionaria. Es un riesgo que hay hacia delante, tras pasar de un escalón de 25% a uno de 50% y si hay un nuevo evento cambiario fuerte -que se tendría que dar, siempre vinculado a la cuestión del crédito, de los bonos, del riesgo país y del financiamiento-. Pero no hay que apurarse. Es sólo un riesgo que hay hoy y no significa que necesariamente se vaya hacia eso. De hecho, si la postura del gobierno es constructiva, uno no debería esperar que eso suceda.

Respecto de las chances de que el gobierno logre revertir el resultado electoral de las PASO…

No vemos una posibilidad de que el gobierno dé vuelta la elección. No somos politólogos, pero la verdad es que no. Hoy estamos trabajando con un escenario en el cual, el próximo presidente, sea Alberto Fernández.

Sobre si hay retorno, tras un riesgo país por sobre los 1.900 p.b…

Por supuesto, es fundamental bajar el riesgo país. Yo diría que no es urgente, porque no creo que haya posibilidad de que ceda, hasta que tengamos un cambio de gobierno y hasta que el próximo gobierno anuncie medidas, incluso que se logre un nuevo acuerdo con el FMI. La cuestión es si los bonos pueden volver a los niveles previos a la caída que vimos el lunes. O sea si Argentina puede volver a un riesgo país en 800 p.b., o 600 p.b., simplemente con anuncios del próximo gobierno en cuanto a que se va a respetar el acuerdo, que se va a ser constructivo. En mi opinión, va a ser muy difícil que eso pase, por más que la posición del gobierno sea constructiva. Esto, deja abierta una serie de posibilidades: no va a ser simple, porque requiere lograr mayorías importantes entre los acreedores, de entre el 75%, por ejemplo, por cada tenencia de serie de bono. Siempre hablando de deuda ley extranjera, pero si se logran mayorías importantes, lo que puede ofrecer el gobierno es un canje de deuda voluntario. Un canje de deuda que lo que podría implicar no es una quita nominal, sino un canje al estilo del que hizo Uruguay en 2003, con el apoyo explícito del Fondo y ese canje implicó que no hubo quita nominal en el valor de los bonos, pero sí hubo un reperfilamiento, es decir, se patearon los vencimientos hacia delante, pero sobre todo, disminuyó la carga de intereses, se bajó el cupón de intereses de los bonos. Creo que hay espacio para eso. Si uno mira hoy el peso de la deuda argentina PBI, aún con este nuevo tipo de cambio, es similar al posterior al canje 2005 de Argentina. En 2005, se hizo el canje de deuda con quita fuerte y fue un ratio de deuda PBI, vamos a decir alrededor del 90%. Y hoy estamos a un ratio de deuda similar e incluso inferior a ese. Con lo cual, desde el punto de vista del peso del stock, no hay razones para pensar en una quita nominal a los bonistas. No obstante, si uno mira la carga de intereses, es hoy del 3.5% del PBI, cuando después del canje 2005 era del 1.2% y por eso nosotros decimos que hay espacio para pensar en bajar los cupones de interés patear los vencimientos hacia delante y ofrecer un canje a los acreedores, de forma tal de dar posibilidades de que los bonos se valoricen. Porque hoy los bonos están descontando un escenario muy negativo en el que Argentina, por A o por B, va a ser incapaz de honrar esa deuda y ese canje permitiría, justamente, que ese canje se valorice, al despejar los vencimientos de corto plazo, los cuales, hay que decir, no son elevados, no son ni parecidos a los de Argentina en el pasado o a los de Uruguay en 2003, pero bueno, permitiría una oportunidad para salir de esta crisis de confianza en el que está atrapado el mercado. La problemática que tiene una operación de este tipo es que va a requerir lograr mayorías muy importantes para evitar holdouts litigantes en la operación, con lo cual, tampoco es algo que sea fácil de hacer, pero es una herramienta posible entre el próximo gobierno y el FMI –porque esto va a requerir el visto bueno de ambos y por supuesto, de los acreedores- . Sino, va a ser muy difícil que sólo por anuncios o sólo por un retorno de la confianza, podamos ver a los activos argentinos volviendo al os niveles de 600 pb. del riesgo país, que permitieran que el soberano vuelva a poder al menos, financiar una parte de sus pasivos.