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¿El Banco Central tiene margen para evitar un salto del dólar?: el veredicto del economista Andrés Borenstein

19 Enero 2021

Andrés Borenstein es economista graduado de la UBA y Master en Finanzas de la UTDT. Actualmente se desempeña como economista en la consultora Econviews.  Anteriormente fue jefe para Sudamérica con base en Buenos Aires para el gobierno británico. Además se desempeña como profesor en las escuelas de negocios y derecho de la UTDT en distintos cursos de posgrado y es profesor de grado en la UBA. En el pasado fue periodista económico en el diario Clarín y el semanario El Economista, fue fundador de la empresa de inversiones en internet Altoinvest y se desempeñó en diversos proyectos de consultoría. Durante muchos años trabajó para distintas publicaciones de "The Economist Inteligent Unit".A continuación, en resumen de la charla que mantuvo con iProfesional:

-La inflación, que terminó en 36% el 2020, va a ser uno de los desafíos más importantes para el Gobierno este año. ¿Hay riesgos de tener una tasa incluso más alta que la del 2019? 

-Nuestro pronóstico es de 52%. De manera que el riesgo de que sea un poco mayor y supere el 53,8% del 2019 es un riesgo casi lógico. La llave estará en cuanto sea el déficit fiscal y cuánto haya que emitir para financiarlo. El impuesto inflacionario. Obviamente si se pisan tarifas y otros precios la inflación puede ser más baja que en nuestro pronóstico, pero eso claramente tiene un costo porque introduce distorsiones que afectan la inversión y la oferta de productos o servicios.

-¿Es sostenible la política de pisar tarifas y precios, cerrar importaciones y demás? ¿Esto no puede hacer que el rebote del 2021 sea menor al pensado inicialmente?

-Pisar tarifas y otros precios claramente no es sostenible. En los últimos 24 meses la inflación núcleo fue 48 puntos más alta que la inflación de regulados. Es decir que ya se está gestando una bombita por ese lado. Otro año más así hará dos cosas. La inversión en estos sectores será baja y se empeorará la calidad de servicio y por otro lado cuando sea que se corrija, el salto tendrá que ser mayor. Obviamente estamos lejos de lo que pasó en el 2015, pero aprendimos que estas correcciones fuertes son un problema no sólo económico sino político. El cerrar importaciones por otro lado está dejando una economía muy desabastecida. Y esto empezó a afectar la vida de la gente. Ruedas para autos, electrodomésticos, zapatillas, pelotas de tenis, insumos industriales. Es difícil crecer sin importar.

Nuestro pronóstico para 2021 es de 6% de recuperación, lo que no es muy ambicioso considerando que tenemos un arrastre de alrededor de 4,5 puntos. Claramente la falta de importaciones es un freno al crecimiento. La expectativa es que con algo más de exportaciones por efecto precio las trabas a las importaciones sean algo menos duras.

-¿Como está viendo la situación cambiaria? Por un lado el BCRA está logrando comprar dólares y el Gobierno se juega a llegar a la cosecha en marzo/abril. ¿Le ganó la pulseada al mercado que hablaba de una devaluación inminente e inevitable?

-El BCRA está comprando dólares desde diciembre. Yo diría que no ganó ninguna pulseada, sino que hubo algo de suerte con la suba de precios y quizás con miedo a más intervenciones después de lo que pasó con el maíz. ¿Subirán retenciones? Hasta hace un mes suponíamos que el BCRA compraría 500 millones en 2021. Ahora creemos que serán unos 3.000 millones. Pero no habría que extrapolar enero. Luego vienen las elecciones, más incertidumbre y sabemos que en la Argentina las expectativas giran muy rápido. Además, en algún momento hay que dejar importar más. El BCRA tiene ahora más margen de maniobra para evitar un salto cambiario. Pero el mercado asume que la devaluación punta a punta supera el 50% este año. Y esto no es un pronóstico a la ligera: está implícito en los precios de los bonos.

-¿Cómo imagina que llega la economía a las elecciones de octubre, con viento de cola para el Gobierno o de frente?

-El viento de cola es importante. No sólo las materias primas están fuertes, sino que en el mundo hay tasa cero y eso no va a cambiar. Nuestro índice de condiciones financieras externas está en zona de confort desde hace 5 meses luego de estar en stress profundo en el segundo trimestre del año.

-El mercado al inicio del gobierno el de Alberto se ilusionó con el "giro menemista" que nunca llegó y que probablemente nunca llegue. ¿Hay algún driver que pueda llegar a cambiarle la cara ante los inversores? ¿Será suficiente un programa con el FMI o eso tampoco alcanza?

-No creo que haya un giro ortodoxo. Si pienso que un acuerdo con el FMI debería poner un sendero fiscal que ayude a la política monetaria y se empiece a construir credibilidad. Inversiones no va a haber. No parece ser tampoco una prioridad de la coalición de gobierno. Los que tenían esa visión casi ingenua al principio pensaban en un rol del kirchnerismo más puro casi testimonial o en el peor de los casos sólo vinculado a cuestiones judiciales. Hoy esa corriente tiene mucha influencia en muchas áreas de gestión. A la economía le podrá ir mejor o peor (ojalá que sea mejor), pero no veo un cambio de dirección por lo menos en este año electoral.