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¿Lo mejor está por venir?

27 Enero 2014

Por Eric Ritondale, economista, consultora Econviews. El reciente anuncio de moderar las restricciones a la compra de divisas para atesoramiento es un intento para moderar las presiones sobre el mercado informal y achicar la brecha cambiaria, pero especialmente es un anuncio de impacto público que también ayuda a desviar el foco de atención. Aquí lo verdaderamente relevante ha sido el salto del tipo de cambio oficial en las últimas jornadas.

La secuencia de eventos de los últimos días muestra que fracasó la flotación administrada del tipo de cambio. En este contexto, estaba generando un costo creciente sobre las reservas del Banco Central, incluso aún bajo la vigencia de intensos controles cambiarios. La persistencia y el incremento de la brecha cambiaria afectaron sustancialmente la oferta neta de divisas, al promover enormes incentivos para esquivar ingresar divisas al mercado oficial y realizar todo tipo de importaciones y compras en el exterior al cambio oficial.

La decisión del Banco Central de convalidar un salto en el tipo de cambio oficial refleja un reconocimiento de los problemas que existen, ya que de continuar como hasta ahora la economía iba a enfrentar un evento disruptivo de mayores proporciones seguramente más adelante, una vez que las reservas alcanzaran un nivel peligrosamente bajo.

¿Esto sólo alcanza para evitarlo? No. Solamente un tipo de cambio oficial a 8 pesos por dólar no alcanza. En este contexto, los problemas van a seguir. Es decir, si nada más cambia el Banco Central seguirá vendiendo divisas y deberá volver a registrarse un nuevo salto en el tipo de cambio oficial más adelante, en parte por la falta de credibilidad y porque la mayor inflación tendrá un efecto compensatorio.

¿Cuáles son las opciones entonces?

1) Unificar el tipo de cambio, aceptando una devaluación aún mayor y levantando los controles cambiarios plenamente (no como lo anunciado hoy). Es casi imposible pensar en una medida así en este contexto.

2) Realizar una contracción monetaria significativa, con aumentos importantes en las tasas de interés. Por ejemplo, elevando la tasa Badlar por encima de 30%. Llama la atención que el salto del tipo de cambio no haya estado acompañado por una importante suba de tasas, aunque ello está en línea con la fuerte reticencia que ha mostrado el Banco Central a subir las tasas en los últimos años. Esta alternativa parece poco probable.

3) Que nada más cambie y que por ende se vuelva a repetir un evento similar dentro de algunos meses. Hoy parece probable que se insista por esta alternativa.

4) Desdoblar el tipo de cambio, a efectos de proveer un canal formal para el ingreso de dólares financieros, a un mayor tipo de cambio lógicamente. Es posible que se vuelva a insistir con esta vieja idea en algún momento, en especial una vez que se concluya que el Banco Central sigue perdiendo reservas con un tipo de cambio oficial en torno a 8 pesos.

En este contexto, los acuerdos salariales negociados en los próximos meses serán fundamentales como "ancla" nominal, ya que existen importantes riesgos de una espiralización. Por ello, habrá que monitorear si los aumentos salariales serán finalmente inferiores al 30% anual. En caso contrario, las perspectivas serán muy preocupantes.

El traspaso hacia la inflación del salto en el tipo de cambio oficial será importante en los próximos meses, al igual que el impacto negativo sobre la actividad económica, el consumo y el empleo, lamentablemente. Es muy probable que el PBI se contraiga en el primer trimestre del año y hay riesgos de que esto también suceda en el segundo trimestre.

¿Hay algo positivo en todo esto? Sí. Seguramente la demanda doméstica se contraerá y caerán las importaciones. A diferencia de otras experiencias del pasado, y esto es muy importante, una caída de las importaciones actualmente generaría un excedente de divisas mucho mayor que en el pasado, lo que atenuaría la magnitud del ajuste requerido para volver a generar un ingreso de divisas que permita estabilizar el mercado cambiario. Recordemos que en 2009 las importaciones cayeron 20,000 millones de dólares. Un flujo semejante hoy traería nuevamente tranquilidad al mercado cambiario. Que no cunda el pánico, que "lo mejor" estaría por venir.