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Qué viene en la Argentina tras cumbre de FMI

22 Octubre 2013

La reunión anual del FMI que se realizó la otra semana en Washington suele ser una caja de resonancia de la situación económica y financiera internacional. Este año hubo menos emociones fuertes que en anteriores, en los que dominaron la crisis financiera internacional que siguió a la caída de Lehman Brothers o el default griego

El principal interrogante es la evolución de la política monetaria de EE.UU., donde se espera que en los próximos meses comience el famoso "tapering", o sea, una menor tasa de expansión monetaria. 

El problema para la Fed ha sido que la sola insinuación de que la política monetaria iba a ser menos expansiva (o sea, reducir el crecimiento de u$s 85.000 millones a u$s 75.000 millones por mes) hizo que la tasa del bono a diez años se disparara al 3%. Si bien la Reserva Federal en septiembre decidió mantener la expansión monetaria al ritmo actual, no hay duda de que vendrá el "tapering" y que generará un nuevo round de aumentos en las tasas de interés.

En el nuevo escenario financiero habrá subas en las tasas de interés y seguramente un fortalecimiento del dólar, lo que afectará al crecimiento mundial que se viene desacelerando. Pero esta vez seguramente estará centrada en los países emergentes. 

Se espera que Estados Unidos siga creciendo en torno al 2% anual mientras que Europa se recupera y el año que viene la economía dejaría atrás la recesión y se expandirá a un ritmo del 1%. Los países emergentes crecerían a un ritmo de cerca del 5,1%, algo mejor que este año, pero por debajo de 2010 y 2011. Una víctima de la suba de tasas en EE.UU. es el aumento en las primas de riesgo, que en promedio llegan a los 150 puntos, que es lo que subió el EMBI para todos los países emergentes este año. Un ejemplo es Brasil, donde el costo de financiamiento a diez años ha aumentado del 2,5% al 4,5% en lo que va del año y está sufriendo una menor entrada de capitales. Lo mismo ocurre en la mayor parte de los países emergentes tanto de Asia como de Europa.

Otra víctima han sido las monedas de los países emergentes, que desde principios de año se vienen depreciando, lo que implica un cambio respecto de la tendencia de los últimos años. En América Latina esto ha afectado, entre otros, al real, al peso uruguayo, al chileno y al colombiano y al sol peruano, y el efecto ha sido también importante en otras regiones en países como Turquía e Indonesia.

Europa parece estar dejando atrás las mayores amenazas de la crisis, ya que por ahora han disminuido los temores de que algún país se vaya del euro o de que haya una crisis de deuda o bancaria. La política del Banco Central Europeo de proveer liquidez para sostener a las entidades financieras y evitar un nuevo default está dando resultado. De cualquier manera, los problemas, lejos de desaparecer, siguen vigentes, y pueden resurgir en países con deudas que superan el 100% del PBI, que tienen problemas de competitividad y con altas tasas desempleo. 

La mayor amenaza para los países emergentes es una potencial caída en los precios de los commodities. Por ahora todo indica que el mejor escenario sería que los precios se mantengan estables o que tengan una caída leve; el peor escenario sería que se produzca una baja fuerte.

América del Sur es una región que puede sufrir en el nuevo contexto internacional, especialmente porque sus exportaciones tienen una alta concentración en commodities que en casi todos los casos supera el 60%. Es cierto que la mayor parte de las economías hoy tienen más capacidad de responder a un deterioro del contexto internacional sin sufrir una crisis, ya que comparado con décadas anteriores tienen más reservas internacionales, menores niveles de deuda y un porcentaje mayor de ésta está en moneda local y tienen tipos de cambio más flexibles que facilitan el ajuste externo sin generar un efecto recesivo.

De cualquier manera se espera que el crecimiento sea del 3,1% este año, y que las dos economías más grandes de la región, Brasil y México, en 2013 se expandan a tasas por debajo de lo esperado (del 2,4% y el 1,2%, respectivamente). Los mejores desempeños los tendrán algunas economías de la región andina y Uruguay y Paraguay. Venezuela aparece hoy como el país más complicado de la región, ya que no crece, el tipo de cambio paralelo está a 45 bolívares (nueve veces por encima del oficial), la inflación se está descontrolando y llegando a tasas del 50% anual, caen las reservas internacionales a niveles peligrosamente bajos y hay escasez de productos básicos. Venezuela entró en una crisis sin retorno.

¿Qué implica este nuevo escenario para la Argentina? Queda claro que se acabó el viento de cola y que si bien no hay viento de frente, la situación externa es levemente desfavorable (digamos que hay una brisa de frente). A pesar de esta situación, todo indica que la performance de la Argentina va a depender más de nuestra política económica que del escenario internacional. En los problemas argentinos son fundamentales el resultado de la política económica argentina y las soluciones también dependen de lo que hagamos; lo que puede ser el principal problema o la gran oportunidad.