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Miguel Kiguel: "Mucha gente posterga inversiones en Argentina por temor a una devaluación"

07 Mayo 2013

El economista argentino advierte sobre el daño que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo le ha generado a las exportaciones y el impacto que ha tenido sobre las expectativas de las personas. El viernes, el blue rozó los 10 pesos por dólar, mientras el oficial se mantuvo en 5,20 pesos.

EL ECONOMISTA Miguel Kiguel suena incrédulo cuando habla de la situación argentina. Le cuesta convencerse de que la inflación, el atraso cambiario y el tipo de cambio paralelo hayan vuelto a tomarse la agenda y encabecen las preocupaciones de los expertos.

 

Pero Kiguel, subsecretario de Finanzas en el gobierno de Carlos Menem y ex economista del Banco Mundial, rápidamente se pone el sombrero de profesor de la Universidad Di Tella (y antes en el Cema) para abordar el problema del blue, el dólar paralelo que esta semana se cotizó casi al doble que el tipo de cambio oficial, y el impacto que está teniendo en las exportaciones y el crecimiento.

 

Las proyecciones de crecimiento para Argentina a comienzos de año eran bajas y dependían del precio de la soja y de Brasil. ¿Ha cambiado el panorama?

 

En Argentina tenemos un problema con las estadísticas. Las oficiales no son confiables y las privadas no son demasiado buenas... pero el consenso es que la economía se expandió 0,5% el año pasado, y este año crecería entre 1,5% y 2%. Se esperaba más, pero hay factores que han desacelerado el crecimiento. El precio de la soja sigue alto y la cosecha es 20% más alta que el año pasado. Y Brasil, aunque crece lento, crece, lo que le da aire a la industria, sobre todo la automotriz. Esos son los factores positivos.

 

¿Y los negativos?

 

Primero, hay crisis fiscal en las provincias y menor probabilidad de hacer política fiscal expansiva, por lo menos a nivel provincial.

 

Segundo, el tema cambiario está teniendo un efecto negativo muy profundo sobre las exportaciones, y no sólo las de soja. Argentina está cara en dólares, porque los costos se han desbocado en estos años y eso afecta la competitividad de la industria y los servicios. El turismo, por ejemplo, se ha frenado mucho.

 

Un tercer factor es la inversión, golpeada por una serie de decisiones políticas. Es difícil convencer a los inversionistas que vengan al sector energético después de la nacionalización de YPF. Se frenó el pago de dividendos, no hay cambio en las normas, pero el Banco Central no autoriza el giro de dividendos al exterior. También genera un freno la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. Mucha gente posterga inversiones por temor a una devaluación.

 

Pero el gobierno no va a arriesgarse a devaluar antes de las elecciones de octubre...

 

No. Lo más probable es que sigan devaluando como hasta ahora, que es bastante poco. En enero y febrero devaluaron al 16% anual; en marzo, en 20%, y en abril volvieron al 16%. Es menos que la inflación y eso genera más problemas de competitividad. A la larga, no quedará otra que devaluar. Mientras tanto, están resistiendo con un mercado paralelo muy chico, en términos de volumen. En el mercado oficial se negocian diariamente entre US$ 500 millones y US$ 600 millones y en el paralelo debe ser menos del 10% de eso. Pero genera expectativas y la gente percibe que hay un problema cambiario, que paraliza muchas decisiones.

 

¿Cómo sigue esto? ¿Lento, sin grandes cambios? ¿O las elecciones marcarán una diferencia?

 

Para las elecciones no imagino una economía muy diferente a la que tenemos hoy, con estanflación, una brecha cambiaria grande, problemas de crédito, sobre todo a nivel internacional, una devaluación del 20% anual en el tipo de cambio oficial y una gran brecha entre el oficial y el paralelo.

 

¿Y después tomarán medidas?

 

No veo a nadie en el gobierno pensando en esa forma. El pensamiento dominante es profundizar el modelo, y del modelo ya no queda nada. El modelo era una moneda débil, tipo de cambio alto y competitivo, superávit fiscal, superávit externo, aumento en las reservas, generación de empleo... Y nada de eso queda. La esperanza que tendrá el gobierno, me imagino, es que eso pueda volver. Y lo que están haciendo para que vuelva es mucho control. Control a las exportaciones, control a los precios, básicamente, intervención del Estado, regulaciones...

 

¿Ve fin a los controles de precios?

 

Los postergaron hasta mayo, pero cuando uno mira los precios la verdad es que siguen subiendo. La inflación subyacente estará en 27% o 28%, aunque este año pueda terminar en 25% por los controles. Pero el día que se levanten los controles, la inflación se va a 33%.

 

En términos políticos, ¿se espera algún cambio? ¿La presidenta conserva el apoyo popular?

 

Está difícil, porque es una situación de mucho cambio. En los últimos números que vi estaba a 35%, un poquito mejor que en su peor elección, en 2009, cuando sacó 30%, y bastante peor que el 54%. El gran problema es que no se sabe quién está al otro lado.

 

¿No hay un liderazgo claro en la oposición?

 

No.

 

El rechazo a la propuesta a los holdouts en Nueva York era esperado. ¿Qué viene ahora?

 

Estamos en manos de la Cámara de Apelaciones, que juzgará cosas que nunca se han juzgado en tribunales internacionales, con lo cual es muy difícil leer en qué dirección va a ir. Lo que está claro es que en el tema del pari pasu, que si los bonistas que no entraron al canje van a recibir un tratamiento equitativo respecto de los otros en términos de la oferta argentina, no va a haber acuerdo.

 

La percepción es que la probabilidad es alta de que Argentina entre en default, en los bonos bajo ley extranjera. No porque no vaya a pagar, sino porque la plata no les llegará a los bonistas, lo que en la práctica sería un segundo default. Y eso hace que Argentina no tenga acceso a los mercados, ni las provincias ni el sector privado ni el gobierno nacional ni YPF, al haber menos capital hay menos crédito, y eso es otro factor que afecta el crecimiento.

 

Mencionó crisis fiscal a las provincias, pero todavía no hay cuasimonedas…

 

Estamos viendo que la provincia de Buenos Aires no podrá pagar los sueldos en un par de meses. No sé si va a recurrir a las cuasimonedas, si recibirá ayuda del gobierno central como en el pasado o si podrá acudir al mercado local.