Press

Prensa

Volver a

La deuda del BCRA creció el 61% y se proyecta a $ 100.000 M

03 Febrero 2011

Diario Ámbito Financiero

La deuda del Banco Central creció el año pasado casi un 61% y alcanzó los $ 74.649 millones. Se trata del stock de Letras (Lebac) y Notas (Nobac) que emite el BCRA, y que son, en gran parte, el correlato de la acumulación de reservas. Según estimaciones privadas, se proyecta que este año superarán los $ 100.000 millones.

De acuerdo con los últimos datos oficiales, el total de Lebac y Nobac al 21 de enero pasado se ubica por encima de los $ 77.574 millones. En lo que va de 2011 se registra un incremento de casi $ 2.500 millones.

Una de las señales para monitorear es el peso de esta deuda en términos de las reservas del BCRA. Al respecto se observa un deterioro, dado que esta relación pasó de un 25% en 2009 a más del 36% de las reservas totales a fines del año pasado (hoy ya es más del 37% y se proyecta al 46% a fin de 2011).

Cabe recordar que cada vez que el BCRA compra divisas en el mercado cambiario (aumentan reservas), lo hace emitiendo pesos. Luego tiene dos caminos, absorber esos pesos vía colocación de deuda, o bien dejarlos en el mercado y elevar la base monetaria. Pero la emisión de deuda tiene un costo, que son los intereses que debe pagar por las Lebac y Nobac. La tasa promedio ronda la mitad de la inflación estimada por los privados, o sea un 12,5%, lo que implica una gasto de $ 12.500 millones para este año. Esto es relevante a la hora que el Gobierno decida pagar deuda con reservas. «Por ahora, como el Central tiene más reservas que Lebac y Nobac, y las tasas de estos títulos todavía son bajas, no hay riesgos importantes en términos del resultado cuasi fiscal. Pero a medida que las tasas suban, el costo de esta esterilización va a ser mayor y también su impacto en el resultado cuasi fiscal», considera la consultora Econviews. Al respecto vale señalar que siempre el BCRA tiene como válvula de escape elevar el tipo de cambio, licuando así la deuda. Un modo de desalentar cualquier corrida.

Por eso, el plazo promedio de las Lebac y Nobac sigue siendo bajo, a menos de 190 días (cerca del 90% del stock es a un plazo menor de un año). Si, en cambio, el BCRA elige dejar los pesos en la plaza, es un mecanismo de convalidación del aumento de precios, y los tenedores de billetes y monedas sufren el impuesto inflacionario.

Otra señal para tener en cuenta es el cambio en la composición de la deuda del BCRA. Un año atrás, las Lebac (que pagan tasa fija) representaban el 73,4% del stock total y las Nobac (son a tasa variable) eran el 26,6%. A fines de 2010, las Lebac cayeron al 68,2% y hoy son del 57,9% del total mientras que las Nobac pasaron a representar ya más del 42%. Este movimiento debe interpretarse como una apuesta del mercado a que las tasas de interés subirán, sobre todo cuando se intensifique el proceso preelectoral. Los inversores así se protegen de esto por medio de las Nobac que ajustan por la tasa Badlar (para plazos fijos a 30 días de más de $ 1 millón). En la actualidad, la Badlar opera en un 11,1% anual para bancos privados y a un 10,1% promedio del mercado. La tendencia se levemente alcista, pero las operaciones a futuro en el Mercado Abierto Electrónico ya la proyectan cerca del 15%.

También debe destacarse el impacto de esta creciente deuda sobre el sistema financiero. Son los bancos los principales tenedores de Lebac y Nobac con aproximadamente un 85% del total. Ahora las entidades están más expuestas a la deuda del BCRA. El último Informe de Bancos del BCRA muestra que las Lebac y Nobac pasaron a representar de un 11% del total de activos de los bancos en 2009 a casi un 15% en noviembre pasado. Peor si se compara la tenencia de cartera propia que de un 79,2% subió al 82,6% en dicho período.