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Desafío de 2011: ¿cuándo habrá nervios por el dólar?
Miguel A. Kiguel para el diario “Ambito Financiero”
Para los que invirtieron en bonos argentinos, 2010 fue un gran año. El riesgo-país cayó 300 puntos (usando el seguro de riesgo de default o CDS), lo que llevó a que los precios de los bonos en dólares subieran en promedio un 22% y que, en el caso particular de los bonos más largos, el rendimiento total superara el 30%; una de las mejores inversiones del año en renta fija.
La estrella, sin embargo, fue el cupón atado al PBI en pesos, que subió más del 200%. Los bonos en pesos no se quedaron atrás. Por ejemplo, el Bogar 18, que se ajusta por CER, subió un 42% durante el año.
Pero también ganaron los inversores más conservadores que pusieron sus ahorros en plazos fijos en pesos y obtuvieron un retorno de más del 7% en dólares, lo que implicó una rentabilidad muy superior a la que habrían obtenido si simplemente hubieran mantenido sus ahorros en dólares (que prácticamente no rindieron nada). Las perspectivas para los activos argentinos para 2011 siguen siendo buenas, aunque difícilmente se puedan repetir los retornos espectaculares que se consiguieron el año pasado. Los bonos domésticos seguramente rendirán más que los bonos de otros países emergentes; aunque siguen siendo considerados activos financieros riesgosos; la ecuación riesgo-retorno todavía es atractiva.
En el caso de los bonos en dólares, puede haber nuevamente una ganancia de capital por subas en los precios, aunque menor que la de 2010. Por ejemplo, en un escenario (ciertamente optimista) en el que el riesgo-país caiga unos 200 puntos, los bonos en dólares subirían un 10%, que no está mal, pero sería una suba más modesta que la del año pasado.
Esta baja en el riesgo-país podría tener lugar si el Gobierno lograra un acuerdo con el Club de París y la situación fiscal no cambiara demasiado, lo que permitiría que la Argentina siga bajando la relación deuda a PBI, la cual ya es hoy una de las más bajas de la región.
En 2011 se espera también que los instrumentos en pesos rindan más que los nominados en dólares, por lo menos en la primera mitad del año, aunque son inherentemente más riesgosos. Los inversores más sofisticados seguramente preferirán este tipo de instrumento, tanto los que se ajustan por el CER (que aunque siga manipulado promete un retorno interesante en dólares), como los que pagan tasas de interés variable (generalmente la tasa Badlar).
Aquellos que opten por invertir en pesos tendrán que estar atentos ya que en algún momento veremos que el tipo de cambio va a empezar a moverse. No parece que esto sea algo inminente, ni tampoco se anticipa una devaluación brusca. Pero es difícil pensar que el tipo de cambio pueda seguir estable o devaluándose a tasas de entre el 4 y el 7% anual en un país en el que la inflación rondará el 25 o el 30% por año. La política de tipo de cambio estable inevitablemente llevaría a un atraso cambiario importante que, como en el pasado, en algún momento generaría expectativas de devaluación y subas en las tasas de interés en pesos.
Queda claro que la combinación de las políticas cambiaria y monetaria actuales, a la larga, son inviables. Sin embargo, en el contexto internacional actual en el que los precios de la soja están en niveles muy altos, en el que Brasil y otros países emergentes tienen monedas muy fuertes, y que en muchos casos se siguen apreciando, y en el que las tasas de interés en EE.UU. siguen por el piso, estas políticas se pueden mantener por algún tiempo más.
Uno de los desafíos será poder anticipar en qué momento el mercado puede mostrar signos de nerviosismo respecto de la evolución del tipo de cambio, lo que seguramente llevará a presiones sobre el mercado de futuros del dólar y a subas en las tasas de interés en pesos. Dado que este año hay elecciones y seguramente aumentará el ruido político, una vez que terminen las vacaciones y se empiece a calentar la campaña electoral, habrá que estar muy atentos con las novedades para ir ajustando las decisiones de inversión.
Si bien las perspectivas para las inversiones financieras son muy favorables, habrá que monitorear algunos riesgos. Los principales son la evolución del precio de la soja, del real en Brasil y de las tasas de interés en Estados Unidos. Estos riesgos, con el diario de hoy, no parecen muy grandes.