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Dólar: tras dos meses de otra dura caída, se estabilizan los depósitos privados

27 Noviembre 2020

Tras un mes y medio de dura caída, lapso en que dejaron el sistema casi US$2800 millones (15,7% del stock total), los depósitos bancarios privados en dólares se estabilizaron en noviembre. 

Se mantuvieron toda la semana pasada -y hasta el pasado lunes- por encima de los US$4660 millones, el nivel al que habían cerrado octubre y tras tocar un mínimo de US$14.610 millones el pasado miércoles 11, aunque aún muestran una merma algo mayor a los US$400 millones en los últimos 30 días.

La ola de retiros, que se había reactivado con fuerza tras el endurecimiento de los controles cambiarios de mediados de septiembre, comenzó a ceder en el transcurso del mes en consonancia con el acortamiento que registró la brecha cambiaria luego que el ministro Martín Guzmán emitiera algunas señales de moderación en lo fiscal, impusiera flexibilizaciones en las trabas antes dispuestas para operar el dólar financiero y consiguiera en paralelo aval para usar el poder de fuego de Anses para poder intervenir (mediante la venta de bonos) sobre esas cotizaciones. 

Los analistas juzgan al freno que muestra este drenaje como una "buena noticia". Pero a la vez advierten que responde a un equilibrio frágil, capaz de romperse ante medidas o gestos oficiales o circunstancias de la economía que aceleren la desconfianza, como sucedió repetidamente en los últimos años. Y creen que la conducta del dólar blue será una de las claves.

"La relativa calma que se impuso en el mercado cambiario, con brechas que volvieron a ubicarse por debajo de 100%, fue fundamental para que los depósitos en dólares hayan frenado su caída en noviembre. Pero es un equilibrio 'atado con alambre' en la medida en que no se corrijan los principales desbalances macroeconómicos y las señales emitidas desde la política, como el caso Vicentín, que derivaron en una fuerte crisis de confianza y en el desplome de las expectativas", explica Lorena Giorgio, economista de EconViews.

Para Nicolás Chiesa, director Portfolio Personal Inversiones (PPI), la caída de estos depósitos se frenó por un combo de razones. "Los bancos volvieron a dar cuenta de su solidez respondiendo otra vez bien ante la reactivación de la corrida; bajaron los precios libres del dólar; el Gobierno dio un giro semi-ortodoxo prometiendo y en parte mostrando más prudencia fiscal y monetaria; el Banco Central (BCRA) pasó a perder muchas menos reservas que en los meses anteriores (lleva vendidos US$315 millones en noviembre vs. US$1618 millones en septiembre y US$1090 millones en octubre)", detalla.

Pero coincide con su colega en advertir que el equilibrio que estas colocaciones mostraron en las últimas semana es "precario" y será sometido a prueba en diciembre con la "megaemisión de pesos (que estima en $340.000 millones) que el Gobierno hará de acá a fin de año y el impacto que podría tener en los dólares alternativos" y si "se dilata un acuerdo con el FMI" y eso retrasa decisiones fiscales y monetarias. 

A no cantar ¡victoria!

Las referencias que hacen a períodos de calma que solo preceden una nueva oleada de retiro no son casuales. 

El temor generado por las corridas cambiarias, el declive de las reservas internacionales y las crecientes restricciones (hoy casi totales) para comprar dólares le quitó al sistema bancario argentino la administración del 55% de los depósitos en dólares captados de los privados en apenas 15 meses, tomando en cuenta que al 9 de agosto de 2019 (último día hábil previo a las PASO presidenciales), el stock había marcado un récord de US$32.492 millones.

Por las dudas que generaba el proceso de recambio presidencial, y las que impulsó además la restauración del cepo cambiario, salieron unos US$13.300 millones entre aquella fecha y el cierre de ese año. Tras dos meses de relativa calma, el goteo de estos depósitos recomenzó a mediados de febrero y se fue agravando hasta mayo, lapso en que hubo salidas por algo más de US$ 2000 millones, en especial, luego que el acceso a bancos quedara vedado por las restricciones que trajo de la mano la cuarentena y la posibilidad de hacer retiros quedó casi totalmente vedada, lo que generó toda clase de especulaciones. 

Luego mostraron una tendencia a la recomposición que se hizo trizas a mediados de septiembre cuando el BCRA anunció que el cupo de compra minorista de US$ 200 por mes permitido hasta allí sería violentamente recortado (a imputar a él también las compras con tarjetas) y encareció 28% el valor de acceso al billete. Ese anuncio volteó el stock de US$17.400 millones a los US$14.600 millones actuales que amaga ser el nuevo "piso".

"El stock actual será piso si el Gobierno genera previsibilidad en económico y en lo político, pero para eso debería mostrar alguna especie de plan económico a mediano plazo. El marco actual es un desincentivo a mantener los depósitos en dólares a pesar de que los bancos tienen suficiente liquidez, equivalente a más del 85% de los depósitos en dicha moneda. Porque la duda no está en ellos", señala Giorgio. 

Además, recuerda, la tendencia natural de esta colocaciones es seguir en baja dada las características híperrestrictivas del actual cepo. "Las fuertes restricciones para acceder al dólar oficial ponen un techo muy bajo a cualquier posible suba de los depósitos privados en dólares. De hecho, estimamos que cierren el año en unos US$14.500 millones" señala la economista.

"Puede ser 'piso' si el Gobierno consigue bajar algo más la brecha y aplaca ese incentivo a hacer diferencia en momentos en que los ingresos estás muy golpeados, y consigue mostrar prudencia fiscal. Pero, por lo antes mencionado, creo que diciembre será todo un test al respecto", insiste Chiesa.