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Se aceleró la baja del dólar tras los anuncios, pero la tasa aún no cede

18 March 2019

El dólar acrecentó la tendencia a la baja que había empezado a experimentar hace dos días, en una señal de que el anuncio de un plan coordinado entre el Tesoro y el Banco Central para intentar tenerlo bajo control en el año electoral calmó al mercado. El billete cerró a $41,13 para la venta al público y a $40 para su expendio mayorista, con retrocesos de 63 (1,5%) y 77 centavos (1,82%) en cada segmento en el día y cercanos al 3% (de $1,14 y 1,20) en la semana.

El repliegue estuvo relacionado con el compromiso que asumió el Gobierno para aportar hasta US$60 millones por jornada a la plaza desde abril y el que sumó en paralelo el Central para mantener muy restringida la oferta de pesos hasta fin de año. Los analistas advierten que el plan puede funcionar, básicamente, porque mantiene acotada la demanda de divisas, pero le agrega presión a la tasa de referencia, que no en vano ayer avanzó otro paso (a 63,74% anual).

Todo sucedió en una jornada en la que volvió a subir algo (3%) el volumen negociado, lo que sugiere que el mercado convalidó la caída del precio del dólar. Las proyecciones de un mercado cambiario más estabilizado parecen haber destrabado la oferta exportadora de divisas. Una postal al respecto fue ayer la cola de hasta 12 kilómetros de camiones que se armó sobre la ruta para entrar en los puertos del Gran Rosario. Esto suele darse algo más adelante, cuando se produce el pico de la cosecha, pero el cambio de expectativas respecto de la posible evolución en el corto y mediano plazo del dólar parece haber convencido a algunas exportadoras de adelantar embarques.

Este combo ayudó al peso a ser la moneda que más se fortaleció frente al dólar en el día, un ranking que pasó a liderar (tras varios días de estar en el fondo de la tabla) por varios cuerpos. Para los analistas, el vuelco se produjo porque se combinaron una serie de factores que ayudan a pensar en un mercado cambiario más estabilizado en el corto plazo. "La confirmación de ventas del Tesoro a partir de abril; el inicio del período de aumento de las liquidaciones del agro, por el lado de la oferta, y, por el lado de la demanda, la fuerte suba que tuvieron las tasas de plazos fijos mayoristas en los últimos días", enumeró Hernán Del Villar, titular de la consultora Alpha, quien advierte -empero- que esta paz dependerá en adelante de "cómo evolucionen las expectativas electorales".

Para su colega Martín Vauthier, director del Estudio Eco/Go, el repliegue del dólar obedeció "a los anuncios de anteayer" que buscaron "convencer al mercado de que no se va a repetir un episodio como el de la primera quincena de febrero". El economista recordó que aquel repunte, que sacó a la divisa del subsuelo de la Zona de no Intervención (ZNI), sucedió luego de que una mejora en las condiciones financieras diera margen al BCRA "para convalidar una baja acelerada de tasas, que luego debió revertir frente a la reacción del tipo de cambio". "Lo que ahora buscan decir cuando endurecen el sesgo contractivo de la política monetaria es que no repetirán ese error", señaló. Según Vauthier, eso no alcanza a asegurar la paz cambiaria la que pasará a depender en los próximos meses de la evolución del riesgo país. "Sin acceso al crédito, la demanda de divisas (importaciones de bienes, turismo, pago de intereses de deuda, giro de utilidades de empresas, compra de dólares de privados, etc.) debe ajustarse a la oferta disponible y esa adecuación la hará la tasa real o el tipo de cambio", sostiene.

Para Eric Ritondale, de EconViews, el intento oficial es que "el dólar vuelva al límite inferior de la banda de flotación para que le ayude a calmar expectativas e ir bajando la inflación", pero cree que eso sucederá cuando pasen "algunas semanas" y se vea la magnitud de la oferta exportadora. "Si lo logra, podrá aflojar un poco el rigor monetario vía compra de reservas un tiempo prudencial antes de la PASO, aunque sin llegar a tentarse nunca con una baja de tasas de la magnitud de la que habíamos visto hasta mediados de febrero", sostiene.

El recelo del Banco Central

Un dato que llamó la atención es que pese a las señales de distensión que aparecieron en el mercado el BCRA mantuvo en alto su guardia y no trepidó en validar un nuevo aumento, aunque leve, en la tasa de interés de referencia de la economía. Ese sensible indicador quedó a un promedio del 63,74% nominal anual (8,4 puntos mayor a la de anteayer) tras dos licitaciones para renovar Letras de Liquidez (Leliq) en las que terminó adjudicando un monto total de $204.863 millones, frente al vencimiento por $206.191 millones que enfrentaba en la fecha. La incidencia de la mano oficial en la nueva suba de tasa queda a la vista cuando se observa que la entidad terminó tomando deuda por casi $15.000 millones más de lo que había anunciado por la mañana ($190.00 millones).