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Estiman que aun subiendo impuestos Alberto tendría que ajustar fuerte para pagar la deuda

08 October 2019

La gira de Sergio Massa por los Estados Unidos confirmó que el equipo de Alberto Fernández mantiene su idea de llevar a cabo una renegociación de deuda sin quita de capital, a pesar de las advertencias de diversos economistas. Como reveló LPO, esta fue la propuesta que el diputado transmitió a las autoridades del Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro en Washington, que se mostraron conformes con esta salida "a la uruguaya". El problema es que el éxito de dicho camino depende exclusivamente de una inmediata respuesta favorable de los acreedores que le permita al país volver a acceder rápidamente al mercado de capitales para financiarse, un diagnóstico sumamente optimista que muchos señalan que sólo se dará si se equilibran las cuentas fiscales.

"Ningún acreedor va a ingresar en un canje voluntario en una economía con déficit fiscal que no garantice las condiciones para generar los recursos suficientes para cumplir con sus obligaciones. La propuesta de renegociar deuda sin quita es sostenible sólo en un contexto de ajuste fiscal, con un superávit primario inicial de al menos 2 puntos del PBI", indicó a LPO la economista Lorena Giorgio, de Econviews. De acuerdo a esta consultora, las propuestas de Alberto Fernández de aumentar bienes personales y volver a un esquema de retenciones como el que regía hasta el 2015 solamente podrían mejorar el resultado fiscal entre un 1,1% y un 1,3% del PBI, con lo cual se necesitará un ajuste mayor. "Además de un aumento de la presión tributaria vía derechos de exportación, el ajuste fiscal debería llevarse a cabo a través de políticas sobre el gasto como podría ser una reforma previsional, algo poco probable en un gobierno de Fernández", agregó Giorgio.

En tanto, para Carlos Melconian la salida uruguaya no es viable en la Argentina justamente por el costo político que implicaría llegar a un superávit y recordó el "esfuerzo fiscal del ex presidente Batlle y del Partido Colorado", que pasó de ganar prácticamente todas las elecciones del país vecino durante 140 años a convertirse en una tercera fuerza que no volvió a superar el 20% de los votos. Como el peronismo tiene la premisa que un ajuste del gasto profundizará la recesión y dado el riesgo de financiarse vía emisión monetaria en este frágil contexto inflacionario, el especialista de deuda Martín Guzmán aconsejó un plan más elaborado, en el que se incluyan tanto el principal como los intereses para asegurar su sostenibilidad. "Querer refinanciar vencimientos a tasas de mercado en el escenario actual sería elegir el camino de la agonía, pues la carga de intereses se tornaría tan grande que forzaría luego a un ajuste fiscal aún mayor, poniendo al país en una espiral recesiva, y hasta agravando el problema de la deuda, porque si la actividad cae la recaudación fiscal también cae", explicó en su última entrevista con LPO.

Sin embargo, no parece el camino que vaya a elegir el equipo económico del Frente de Todos, que por el momento solamente habla de llegar a un superávit fiscal vía aumento de ingresos y no por recorte de gastos. Eso será muy difícil de lograr en un año en que el mercado proyecta una recesión del 1,6% que impactará en los ingresos tributarios. Es que como advirtió el vicepresidente de la oficina de análisis crediticio de Moody's, Gabriel Torres, las condiciones económico financieras de Argentina en el 2020 son muy diferentes a 2003. "Acá no hay boom de commodities, no hay superávit fiscal y no hay superávit comercial sostenible. Yo leo que hay una vuelta al primer gobierno de Néstor Kirchner. La probabilidad de eso es cero. Recordemos que el gasto público total era 25 o 26 puntos del PBI en ese momento, hoy es de 40 puntos", dijo. En el peronismo son conscientes de ello y por eso apuestan a conseguir un período de gracia en los pagos de la deuda que les dé el tiempo necesario para reactivar la economía, estrategia que también enciende algunas alarmas. "La lógica de tener superávit del lado virtuoso por el crecimiento está bien, pero habrá que tomar decisiones políticas para que ese aumento de ingresos no vaya a gastos, sobretodo porque si se logra una desaceleración de la inflación el gasto en seguridad social va a aumentar porque las jubilaciones están casi indexadas. Por eso algún gasto tendrá que crecer menos que la inflación y hoy uno escucha el discurso de Alberto y parece que le dará más prioridad a la mayoría de las áreas. Quizás la clave sea que esa prioridad no sea con más dinero, sino con más eficiencia en el uso de los recursos" subrayó Martín Kalos, economista en jefe de Elypsis.